EXPO 2008

La sangre de las ciudades

El agua ha sido el elemento fundamental a la hora de fundar ciudades. La proximidad a un río, lago o al mar, ha definido muchas de las poblaciones actuales. La plaza temática ¿Ciudades del agua¿ explora la relación entre este elemento y las urbes actuales.

La plaza temática Ciudades del Agua pasa desapercibida detrás del Acuario. Los surtidores de vapor de agua forman una cubierta que refugia del calor a los visitantes y les incita a entrar. El exterior de la plaza, de forma circular, está decorado con frases como “El agua es el elemento que une el futuro y pasado de las ciudades”, haciendo de este modo, protagonista al agua de las grandes transformaciones que sufren muchas urbes.


En 20 minutos da tiempo de sobra para visitar las cinco salas, pero muchas personas perderán más rato bien sea por la temperatura agradable y la sombra que proporciona este recinto, o bien porque le interesa leer de arriba abajo todos los paneles informativos que se encuentran a su paso.


La planta baja de la plaza simula las venas de un cuerpo por las que fluye el agua de las ciudades. Sobre las venas se abren unas alcantarillas de las que brota vapor de agua para refrescarse. Pero si no le es suficiente para el fuerte calor de estos días de agosto, hay unas cascadas de agua que caen de unas ventanas azules abiertas en la pared. “Esto no es agua” se lee al lado, a modo de protesta contra el derroche que se lleva a cabo en muchas zonas urbanizadas.


Desde aquí comienza la ascensión circular hacia las salas. La primera, “Agua espectáculo”, expone multitud de ciudades que han utilizado sus posibilidades acuíferas para desarrollar espectáculos de diversas temáticas. Este uso se lleva haciendo desde la fundación de muchas de ellas, como es el caso de Boston, Lisboa o Venecia, que siempre han dado un carácter sugerente a sus lugares públicos gracias a su estrecha relación con el agua. Algunas ofrecen las mejores vistas desde la proa de un barco por su vinculación náutica, como Génova, San Petersburgo o Estambul, y otras que es mejor observarlas de noche como Sydney o Nueva York.


En “Agua Amiga”, el eslogan es “disfrútala y respétala”, y aboga por una buena distribución de los espacios de agua para recuperar la dimensión amistosa y una nueva actitud en relación con este líquido. Para ello, se sirven de una pantalla gigante en la que se proyectan imágenes curiosas relacionadas con el tema. Además, en el recorrido, se apuesta por nuevas posibilidades de disfrutar del agua en la ciudad, utilizando casas flotantes, disfrutando de los deportes náuticos, o creando playas urbanas.


En el siguiente nivel, “Agua protagonista”, dos ciudades muestran cómo han cambiado gracias a una nueva filosofía hídrica: Seúl y Barcelona. La ciudad coreana vivía en armonía con el agua hasta que se cerró el canal Cheonggyecheon, y ahora se está redescubriendo su naturaleza originaria con nuevos proyectos como el del río Hangang. Mientras que Barcelona muestra cómo la transformación de la costa ha cambiado la ciudad y sus infraestructuras.


Durante toda la visita, llama la atención el moderno y arriesgado diseño que se ha elegido para decorar el espacio temático. Dibujos que parecen sacados de un cómic, como los famosos cuadros del artista Roy Lichtenstein. Esto aparece elevado a la máxima potencia en “Ciudades del futuro”, cuyas paredes están cubiertas de dibujos en blanco y negro. La sala tiene pantallas que caen del techo y otras que nacen del suelo simulando estalactitas y estalagmitas en las que se visionan imágenes de ciudades con agua.


La última de las estancias es “Agua Zaragoza”, dedicada enteramente a la historia de la capital aragonesa. Un enorme botijo centra todas las atenciones, en él se han dibujado las diferentes etapas de esta población desde su fundación en el año 14 a.c. cuando tomó el nombre de Caesaraugusta, hasta el momento actual. En esta sala se aprovecha para llamar la atención sobre la puesta en práctica de todas aquellas ideas que han surgido en este ámbito histórico de la Expo. También puede verse una maqueta de cómo podría ser la ciudad dentro de unos años cambiando algunos de los espacios de agua, creando canales e islas habitables. Aunque suene a novela, no sería tan extraño que la urbe evolucionara hacia estas tendencias como otras están haciendo ya.


Con esta imagen de una Zaragoza renovada, termina la plaza, aunque, un último rincón espera al visitante. Un pequeño jardín con una palmera descuidada sirve de lugar de asueto y de excusa para hacer pensar a los que allí se congregan con la frase “Una ciudad sin agua es como un jardín sin flores” escrita en la pared entre plantas de balcón.