PABELLÓN DE LA SANTA SEDE

No solo de agua vive el hombre

Atravesar la puerta del recinto que el Vaticano presenta en Zaragoza supone adentrarse en uno de los pabellones con mayor entidad expositiva de toda la muestra. Una sorprendente colección de obras de arte, compuesta por más de cuarenta piezas, se ha convertido en un potente reclamo al que han atendido más de 120.000 personas en menos de un mes.


Pero, ¿qué es lo que más llama la atención de este recinto? Su diseño, ideado por Joaquín Sicilia, da relevancia a esculturas, lienzos y tallas. La pequeña capilla circular brinda un lugar para el recogimiento. El espacio que separa la puerta del pabellón de los contenidos, un mar de cañas de bambú, nos libera del ruido exterior... En realidad, todo el pabellón es un conjunto armonioso creado para transmitir un mensaje: “La importancia del agua en el desarrollo del ser humano”.


Los primeros pasos, entre muros blancos, sumergen al visitante en el papel que el agua ha tenido en la historia de la salvación para terminar por mostrarnos como la Iglesia trata de ayudar al ser humano a desarrollarse plenamente. Pero más allá del mensaje, los cientos de miles de personas que han contemplado el recinto, guardan en su retina el lienzo sobre el bautismo de Cristo pintado por el Greco, traído desde Toledo, o el tapiz del Credo de Los Museos Vaticanos.


Es cierto que la belleza de la carga artística de este recinto puede llegar a eclipsar el mensaje, pero es muy difícil que deje impasible a quien lo visite. El Pabellón de la Santa Sede no tiene tienda, ni restaurante, es sobrio y profundo. Un espacio para ver y descubrir.


Además, muchos de los vecinos de localidades aragonesas como Ejea de los Caballeros, Trasovares o Encinacorba reconocerán algunas piezas de sus parroquias que forman parte de la exposición.


En la web http://www.pabellondelasantasede2008.com se encuentra detallado el contenido del pabellón cuyo día de honor es el 14 de julio.