Casi 400 bares de los barrios más populares de Zaragoza están regentados por chinos

Los inmigrantes procedentes de este país asiático exploran nuevos negocios en servicios dirigidos específicamente a compatriotas. Un estudio detecta apertura de locales de ocio para su comunidad.

Primero fueron los rollitos de primavera, luego el boom de la conversión de establecimientos tradicionales y ahora surge un nuevo mercado de servicios internos para el colectivo chino: restaurantes auténticamente chinos en los que celebran bodas y todo tipo de fiestas, peluquerías, karaokes, bares propios y hasta gestorías y asesorías.


Alrededor de 400 bares de los barrios más populares de Zaragoza están regentados por inmigrantes procedentes de China. En 2005, se calculaba que en la capital aragonesa había cerca de 150 negocios tutelados por familias chinas. Se han multiplicado a una gran velocidad, y tres años después se cifran en por lo menos 400 las cafeterías y tabernas de barrio de las que están al frente. Ninguna institución gremial posee datos exactos, aunque el fenómeno suscita interés. El único informe oficial que cuantifica el peso de los inmigrantes en el comercio de la capital aragonesa es de hace cuatro años y sirvió de base para elaborar el Plan Local de Comercio 2004-2007. Entonces se cifraban unos 300 los establecimientos en manos de inmigrantes extracomunitarios. Un dato que se ha quedado a todas luces obsoleto.


Así lo refleja el trabajo de campo realizado por la consultoría de Inmigración y Extranjería Trayectus. El abogado y director de la empresa, Iván Jiménez-Aybar, y la responsable de proyectos, Olga de Félix, han elegido el barrio de Las Delicias para llevar a cabo una muestra representativa. Intentan abordar este tema desde un prisma "riguroso" y "científico", con la finalidad de aportar respuestas y proponer mecanismos de prevención del conflicto. Los primeros resultados parciales de su labor los dieron a conocer en el marco de las jornadas "Conociendo China". Un ciclo de conferencias, gastronomía, cine y talleres, organizado por ellos mismos, y cuyas actividades se prolongan hasta fin de mes. El informe se publicará a final de año.


Han realizado hasta 97 entrevistas en profundidad a empresarios chinos y a los "líderes" de la comunidad en la ciudad. Se han pateado las calles. "Articulan su proyecto de vida a través del comercio y analizando este se consigue una radiografía casi perfecta de la estructura y tejido social de la comunidad", insiste Olga de Félix. El típico restaurante chino está en declive. Calculan que el número se ha estabilizado en unos 80.


La nueva moda pasa por los establecimientos exclusivos para sus miembros. Un buen ejemplo es el restaurante Xinquiao, que desde hace dos años está abierto en la calle de Ávila. Ocupa una superficie de unos 500 metros cuadrados, donde antes existía una tienda con exposición de muebles. La decoración ya anuncia que nada tiene que ver con los consabidos dragones y arroz tres delicias.


Yonping Shao lo dirige. Apenas habla español, por lo que es Christian, que lleva desde 1984 en España, el que hace de traductor. "Aquí el 90% de la clientela es china, aunque estamos abiertos a todo el mundo". Por su gran tamaño, solo hay dos establecimientos de estas características en Zaragoza, acoge fiestas y todo tipo de celebraciones. Se llena de gente cuando los chinos cierran sus tiendas, roza la medianoche, y las bodas son entre semana.


"Luces y sombras"


Iván Jiménez-Aybar y Olga de Félix ponen sobre la mesa las "luces" y "sombras" de este fenómeno. En el lado positivo apuntan las revitalización de negocios en declive, la identificación de las necesidades de la población inmigrante de los barrios y la implantación de un "espacio neutral" que sirve de lugar de encuentro de distintos colectivos.


En la otra cara de la moneda mencionan el incumplimiento de la normativa (horarios, licencias, venta de alcohol a menores...), el "oscurantismo", la escasa creación de empleo y una competencia "desleal". "Es necesario que se hagan visibles - insisten ambos - y se rompa el velo de la sospecha".