ZARAGOZA

Los gamberros dejan su firma en la pasarela de Manterola 16 días después de su apertura

Los vecinos piden multas más altas o que se obligue a los vándalos a limpiar lo que manchan. La Policía Local dice que patrulla durante el día y la noche pero es difícil cogerles in fraganti.

Ni un mes de tregua le han dado los vándalos a la pasarela del voluntariado inaugurada el pasado 24 de abril. Ayer domingo amanecía pintarrajeada en su parte central. El mástil y cuatro de sus mamparas de cristal estaban machadas de garabatos negros. En uno de ellos podía leerse la firma de los gamberros: "Los solitarios" en tinta corrida.


"Como es nueva, vienen a estampar su firma. Si les hicieran limpiarlo con la lengua, no lo harían", decía la zaragozana Marisol Aldea, que acompañada de su marido, paseaba ayer por la tarde por la pasarela recién estrenada que une los barrios de La Almozara y el Actur. El comentario más repetido por los cientos de zaragozanos que ayer transitaban este paso peatonal era el mismo: "Ves, ya han hecho pintadas los marranos", "mira, ya la han inaugurado", "no hay derecho, ya está pintarrajeada", "es una vergüenza", "¿a qué gilipollas se le habrá ocurrido?".


"La gente se queja. Es normal. Nosotros tenemos vigilancia todos los días, pero es difícil cogerles en el acto", decían dos policías locales de patrulla por la zona. Ellos están hasta las 21 de la noche y después les releva la unidad nocturna, hasta las 8.00 de la mañana, pero "es casi imposible pillarles in fraganti", reiteraron. En su opinión, lo mejor sería convertir estos actos vandálicos en "falta penal" para conseguir así un mayor respeto al mobiliario urbano. Además, recordaron que hay ya contemplado un castigo, en forma de multa, pasándoles el coste de la limpieza, o bien pagando con trabajos en beneficio de la comunidad.


No solo los agentes de la Policía Local estaban ayer vigilando los alrededores de la Expo sino también los de la Nacional, en una lancha por el río y también a caballo por las riberas.


"Lo que no pueden poner es un guardia en cada esquina. No serviría de nada. Si de verdad, les hicieran limpiar lo que ensucian, se evitarían estas gamberradas", comentaba un vecino del Actur, Carlos Valencia, al ver las pintadas. "Controlarlos es imposible. No solo son estos garabatos en la pasarelas, sino las ranillas del Muro del Actur. Como no han podido arrancarlas, las han decapitado. No hay derecho", añadió. "A los vecinos nos gusta mucho cómo ha quedado la pasarela. Aunque vibra un poco, da gusto atravesarla", comentaba la zaragozana Ana Borraz, que vive en el Actur. En su opinión, "pintadas como esta dan muy mala impresión y habría que obligar a los que lo han hecho a limpiarlas".


"¿De verdad, nos merecemos que hagan cosas nuevas para tratarlas así?", se preguntaba la vecina de Las Fuentes Angelita Aldea. "El problema es que aunque los cojan no les hacen nada. Si les hicieran limpiarlo o les pusieran una buena multa, se lo pensarían dos veces", añadía.


Otro ciudadano, Donato Abrego pensaba también que lo "que más duele es el bolsillo" y por tanto, el Ayuntamiento debería poner sanciones más duras: "Cuando los pillen, que los castiguen y así aprenderán, porque si la pasarela lleva cuatro días y está así, imagínate cuando llegue la Expo cómo la habrán puesto".


Este fenómeno en Zaragoza "es incontrolable" como en el resto de las ciudades. Es la opinión de Jorge Casillas, vecino de La Jota, que ayer paseaba con su familia por la pasarela cuando vio las pintadas. "Pasarles la factura solo sirve para rascarle el bolsillo a los padres y así no aprenden. Habría que hacer que lo limpiaran para saber de verdad lo que cuesta", indicaba este ciudadano, que quiso marcar la diferencia entre "estas pintadas y lo que hacen los grafiteros en sitios autorizados, que son murales muy bonitos".


Fuentes de Expoagua pidieron a la ciudadanía un respeto y cuidado por las nuevas infraestructuras de la Expo. Uno de los principales legados de la muestra, además de los edificios del recinto, serán los pasos peatonales y las intervenciones artísticas de las riberas del Ebro: "Han costado mucho dinero y es deber de todos asegurarlos un buen mantenimiento para que duren".


La inversión en la pasarela


En total, se han invertido en la pasarela del voluntariado, más conocida popularmente como "la del pincho" 6,2 millones de euros. De planta curva, es metálica y tiene una anchura de 4,5 metros. Lo más característico de este nuevo paso peatonal es el mástil central que mide 90 metros y tiene una inclinación de casi 30 grados. De este elemento parten los 46 tirantes que sustentan el tablero. La zona de paso ha recibido un tratamiento antideslizante de color gris. La barandilla del borde exterior y el paraviento están formados por una estructura de acero y vidrios de seguridad. Además, se han colocado un pararrayos y una baliza de señalización aérea.


Los viandantes que sobre todo en fines de semana la cruzan como si de una atracción turística se tratara reconocen que les gusta mucho, aunque algunos dicen que "se mueve o la sienten vibrar bajo sus pies".