ZARAGOZA

Condenados a diez años de prisión tres hombres por una reyerta en un bar

Los acusados, de la misma familia, destrozaron el local y causaron lesiones a cuatro personas, entre ellas un policía local de paisano

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a tres años y medio de cárcel a cada uno de los tres hombres, miembros de una misma familia, que en 2006 agredieron a los clientes de un bar, a los que causaron distintas lesiones utilizando botellas rotas y navajas. El tribunal cree que los tres actuaron con voluntad y propósito común y que, aunque no golpearon al unísono a cada uno de los agredidos, sí que los tres ejecutaron acciones violentas y lograron amedrentar a todos los clientes del bar. Estos se tuvieron que esconder o huir para no ser golpeados.


Por este motivo, los magistrados mantienen que los acusados Óscar y Jaime Leirós Hernández y el primo de ambos, Juan Santiago Jiménez, son coautores de los delitos y faltas que se les atribuyen, "independientemente del alcance de los maltratos que causaran individualmente", como defendía la acusación, ejercida por Enrique Esteban.


La sentencia de la Sección Primera considera como hechos probados que el 26 de febrero de 2006, en el bar La Tarara, en la calle de Villa de Plenas. Los tres acusados "comenzaron a organizar un gran alboroto al cantar y tocar palmas y molestar a los demás clientes, aproximadamente unas 15 personas, parte de las cuales estaban viendo el fútbol y otras celebrando un cumpleaños".


Aunque el propietario del local les llamó la atención, ellos no depusieron su actitud. En un momento determinado, Óscar Leirós dio un ligero golpe en la cabeza a un joven. Otro cliente, llamado Nicasio, salió en su defensa y los acusados le llamaron "pelao de mierda", al tiempo que Juan Santiago Jiménez le retaba para que saliese a la calle para pegarse. Viendo el cariz que tomaban los acontecimientos, Luis Alberto A., un policía local franco de servicio que estaba en el bar, intentó mediar para apaciguar los ánimos y se dirigió a los acusados, a los que les dijo "soy policía" y les enseñó la cartera abierta para mostrar su carné profesional.


La respuesta que tuvo fue un primer golpe propinado por Óscar Leirós, agresión a la que se sumó su hermano y su primo. El agente recibió un corte de navaja al repeler la agresión. Según la sentencia, a partir de ahí, Jaime Leirós cogió dos botellas de cerveza, las rompió y dio un fuerte botellazo en la cabeza a un cliente. Cuando un amigo de este trataba de ayudarle, también recibió golpes por todo el cuerpo.


"Los tres acusados, haciendo gala de una gran agresividad, continuaron arremetiendo contra los clientes del local, que tuvieron que refugiarse en los servicios, en el almacén o en la cocina", señala el fallo. Después, Óscar Leirós cogió a una joven, le puso una navaja en el cuello y gritó al resto "salid o la rajo". En el transcurso de los acontecimientos, los acusados rompieron numerosas botellas, tiraron su contenido al suelo y amenazaron con pegar fuego al bar. Además, hicieron un agujero en la puerta del baño en el que se había refugiado el policía con otros amigos más y, a través de él, le golpearon en la cabeza con una botella y le causaron una brecha que le ha dejado una cicatriz de 11 centímetros en la frente. En total, cuatro personas sufrieron lesiones que necesitaron tratamiento médico y los daños en el local ascendieron a 1.445 euros.


La Audiencia considera que los acusados son autores de tres delitos de lesiones -dos con instrumento peligroso-, uno de amenazas, otro de daños y de dos faltas, una de lesiones y otra de maltrato. El tribunal aprecia que concurren las atenuantes de embriaguez y de reparación del daño y les rebaja la pena en un grado. Los magistrados les absuelven del delito de atentado porque tienen dudas de que, en el estado en que iban, se enteraran de que el policía se identificara como tal, como defendía el abogado Javier Notivoli.