EXPO 2008

La Expo instalará torres bioclimáticas para rebajar hasta diez grados el calor en Ranillas

Los aparatos, que reproducen la brisa del mar, están listos y se montarán en el área de pabellones con el fin de refrescar terrazas y escenarios.

La sociedad pública Expoagua pretende crear un pequeño oasis térmico para evitar que los visitantes se "quemen" en los accesos y el propio recinto de Ranillas durante el próximo verano. Además de la refrigeración central que disfrutarán todos los edificios y plazas temáticas, la organización garantizará un microclima que reducirá hasta diez grados la temperatura ambiental en los puntos clave del área central de pabellones. Con este fin, instalará 28 torres bioclimáticas para refrescar todas las terrazas de los restaurantes y los balcones, como se denominan los escenarios que centralizarán buena parte de la oferta musical y teatral programada.


La empresa contratista, Termigo, ya tiene fabricadas todas las unidades, que reproducirán la brisa del mar gracias a su capacidad para impulsar 12.000 metros cúbicos de aire fresco a la hora. "La ventaja de estos aparatos, fabricados en Australia, es que su consumo eléctrico es muy bajo (un kilovatio), lo mismo que el aire acondicionado de un dormitorio", explicó el gerente de la empresa, Juan Postigo.


La potencia de estos equipos climatizadores, montados en soportes a cuatro metros de altura, permitirá refrescar un área de entre 150 y 200 metros cuadrados situados a su alrededor. "Los visitantes encontrarán un oasis en medio del calorazo de Zaragoza. La pulverización refresca el aire y tiene un efecto multiplicativo al moverlo", explicó Postigo.


Libres de gérmenes


Los equipos hacen pasar el aire por filtros de agua, por lo que queda perfectamente limpio y exento de gérmenes antes de lanzarlo de nuevo por los cuatro lados. Tan solo requieren de las necesarias tomas de agua y de electricidad.


La sociedad pública Expoagua ha previsto su instalación en los tres niveles del recinto. Una parte de las torres irá a las terrazas de los cinco restaurantes de concesión y en el patio del comedor de las Comunidades autónomas, situadas a la misma altura de las plazas temáticas. En este sector, además, se contará con una larga lámina de agua a lo largo del límite del gran zócalo de hormigón de los pabellones.


A los catorce climatizadores previstos en el nivel inferior se unirán otros once en la primera planta de pabellones, dando servicio a los restaurantes modulares distribuidos entre los edificios. En la segunda planta se han previsto los tres restantes, que darán servicio al público reunido en los escenarios.


El gerente de Termigo, Juan Postigo, señaló que los equipos están listos y que los instalarán cuando les den la autorización, dado que el trasiego de camiones impide hacerlo ahora.


Su acción se complementará con la gran cubierta textil entre los pabellones, que da sombra a los 5.000 metros cuadrados del paseo central.


También se contará con una larga hilera de sombrillas en las terrazas de los restaurantes, con una superficie de 16 metros cada una. Una parte se han anclado ya en el recinto, aunque aún falta buena parte de las 200 que se llegarán a distribuir junto a los locales de restauración que se han montado en el área de pabellones. Han sido diseñadas por el arquitecto Félix Escrig, el mismo autor de la citada cubierta, y se han fabricado con textiles ecológicos para cumplir el mensaje de sostenibilidad de la muestra.


Expoagua también ha adjudicado otros sistemas de refrigeración evaporativa, como se hizo en la Expo de Sevilla, para los accesos al recinto y junto a las plazas. En estos puntos se combinarán lonas de sombras con una red de 1.950 pulverizadores de agua. Según la organización, la sensación térmica se reducirá dos grados, aunque la contratista, Primetech, confía en llegar a cinco. En el intercambiador de autobuses de la avenida de Amércia, en Madrid, lograron ocho al combinarlo con ventiladores.


El director del proyecto, Luis Zarzuela, señaló que el sistema consiste en unas conducciones aéreas con orificios "muy pequeños" para pulverizar agua a presión, que llega por unas tuberías del espesor de un bolígrafo. "Es como un riego por goteo", añadió.


La salubridad está garantizada con el tratamiento del agua, por lo que no habrá posibilidad de que se registre un brote de legionela. "El agua está esterilizada, clorada y no recircula para evitar riesgos", añadió Zarzuela.