EXPO 2008

El sobrecoste de la Expo asciende a 86 millones, aunque ya estaba presupuestado

Gistau señala que la desviación, del 14%, es inferior a la habitual en la obra pública. Destaca que se previeron todo tipo de riesgos, "proyecto por proyecto", y que la cifra final será inferior a los 108 consignados.

El sobrecoste definitivo de las obras de la Expo rondará los 86 millones de euros, aunque no generará un agujero económico porque ya estaba previsto y presupuestado. Así lo aseguró ayer el director general de Recursos y Medios de Expoagua, José Luis Murillo, quien destacó que desde el primer momento analizaron todos los riesgos, como las indefiniciones de proyecto o los exiguos plazos, e incluyeron una abultada partida económica para cubrirlos. Pero ni siquiera se tendrá que agotar, porque de los casi 108 millones consignados 'sobrarán' cerca de 22.


La desviación supone un 14,4% del presupuesto global de licitación de los proyectos, que ascendía a casi 600 millones de euros. El presidente de la sociedad, Roque Gistau, explicó que analizaron "proyecto por proyecto" las posibilidades de que se dispararan las facturas dada la experiencia previa en grandes obras y la premura de los plazos que imponía la inauguración de la Expo en una fecha inamovible, el 14 de junio de 2008.


Gistau remarcó que el desfase acumulado es muy inferior a lo habitual en la obra pública. "Querría saber cuántas obras públicas de este país, y me he dedicado a esto muchos años, se cierran con un global de incremento inferior al 20%. Yo diría que ningún paquete de obras", sentenció.


Su 'mano derecha' y máximo responsable de las finanzas de la muestra internacional insistió en la misma idea antes de destacar otro problema añadido. "En términos generales, los grandes proyectos sufren mayores desviaciones y suele existir el problema de que no hay una previsión realista de las modificaciones presupuestarias necesarias", añadió.


Murillo explicó que decidieron que los socios de Expoagua -los gobiernos central y autonómico y el Ayuntamiento de Zaragoza- supieran desde el primer momento a cuánto iba a ascender la factura final. Para ello, estudiaron todos los proyectos y analizaron hasta seis tipos de riesgo de sobrecoste económico, ya fuera por lagunas de proyecto y de programacienla o por demora en los plazos, entre otras posibilidades.


Tras este arduo trabajo, llegaron a la conclusión de que había que consignar una partida de casi 108 millones de euros, incluida en el presupuesto global, que ascendía a 705 millones. Esta última cifra se hizo pública, pero la reservada para afrontar desfases económicos y obras complementarias se mantuvo en secreto "para evitar que las empresas supieran el margen del que disponían para negociar las liquidaciones de obra".


Roque Gistau incidió esta misma semana en que no solo no van a tener que agotar la partida, sino que el superávit ha permitido afrontar obras no previstas en un principio que suman cerca de diez millones de euros. La inversión final rondará los 657 millones, inferior a la estimada porque parte de la inversión se ha contabilizado finalmente como gasto al optar por la fórmula del alquiler -como en el caso de parte de la expografía de la muestra-.


Los sobrecostes afectan a la mayor parte de las actuaciones, aunque especialmente a los grandes proyectos incluidos en el recinto. Como informó ayer este diario, solo el desfas del Pabellón Puente asciende a 18 millones de euros y supone un 34% del coste fijado en la adjudicación. Pero en la lista también se incluyen la Torre del Agua, el pabellón de Aragón y el Palacio de Congresos. Estas dos últimas obras dependen directamente del Gobierno de Aragón, por lo que no están incluidas en el citado presupuesto.


Ocultismo oficial en la DGA


En contraste con la política de transparencia de Expoagua, la DGA no ha querido dar a conocer los desfases económicos de sus proyectos pese a la insistencia de este diario. Fuentes cercanas aseguraron que el sobrecoste del pabellón de Aragón rondará los cinco millones de euros, mientras que el del Palacio de Congresos ya se da por seguro pese a que no se puede contabilizar en estos momento al estar aún pendiente la liquidación. Este macroedificio era uno de los más retrasados y que más preocupaba a la propia organización, aunque los esfuerzos adicionales acometidos por las contratistas hace unas semanas permitieron acelerar su ejecución de forma sustancial. Como en el caso del Pabellón Puente, esto supone un gasto adicional que habrá que asumir.