EXPO 2008

El Pabellón Puente sufre un desfase del 34% y la factura se dispara a 70 millones de euros

Las contratistas achacan el sobrecoste a la complejidad técnica del proyecto y de la obra y a la premura de tiempo. Solo en acero se calculó el uso de 3.900 toneladas y finalmente se han necesitado 6.600.

El coste del Pabellón Puente sufre un desfase del 34% y la factura final, aún sin cerrar y pendiente de negociaciones, rondará los 70 millones de euros. La complejidad técnica del proyecto y de las obras y los exiguos plazos para acometer la obra son las razones aducidas por las empresa contratistas, Dragados y Urssa, que mantienen un tira y afloja con la sociedad pública Expoagua a la hora de justificar y reconocer las certificaciones. A este coste se debe sumar la de los contenidos expositivos, adjudicados por 4,6 millones de euros.


Fuentes oficiales de la Expo reconocieron a HERALDO el sustancial sobrecoste del puente, el más importante de todos los proyectos del recinto de Ranillas. Responsables de las adjudicatarias también lo confirmaron ayer durante una jornada técnica organizada en Zaragoza por la Asociación para la Promoción Técnica del Acero. Este sobreprecio será absorbido por la propia partida presupuestaria consignada por Expoagua para asumir obras complementarias y desviaciones, que asciende a 107 millones.


La sociedad pública dividió la construcción del Pabellón Puente en tres fases, cimentación, estructura y fachadas y acabado e instalaciones, cuyo importe global de adjudicación asciende a 52,4 millones de euros. El pilotaje solo corrió a cargo de Dragados, pero el resto ha sido en unión temporal con Urssa. El presupuesto se ha disparado en 18 millones.


Un responsable de Dragados reconoció a este diario que tuvieron un trabajo de ingeniería añadido para calcular la compleja estructura diseñada por Zaha Hadid -lo que ha supuesto miles de horas de trabajo extra-. "La previsión inicial de acero también se ha multiplicado, al igual que el número de operarios para cumplir los plazos de la Expo", añadieron.


El ingeniero Pedro Arredondo, de URSSA, detalló que solo en acero se previó inicialmente la necesidad de fabricar 3.900 toneladas y se ha acabado utilizando 6.600 (5.500 para el esqueleto del puente y 1.100 para estructuras auxiliares y refuerzos).


Arredondo no achacó estas desviaciones a errores de diseño, sino a la complejidad de un proyecto acuciado por la premura de tiempo: "El plazo es el que ha mandado. Ha sido el elemento crítico que ha condicionado todo el desarrollo, impidiendo cumplir el objetivo de coste". Así, recordó que se llegó a solapar el trabajo de "recalcular" la estructura con la propia fabricación y montaje del entramado metálico.


Este responsable de Urssa dio cifras mareantes para entender el reto de construcción del Pabellón Puente: han producido 67.500 unidades metálicas, que llegaron en 5.900 piezas distintas a la obra. Para lograrlo, se utilizaron 1.078 planos, y tuvieron que subcontratar a 16 empresas porque no daban abasto en el taller. "Tuvimos que estar en tres turnos para acelerar la fabricación de las piezas críticas para el lanzamiento del puente".


Despliegue de medios


Pedro Arredondo incidió en que la necesidad de "recuperar" el retraso acumulado y los "cambios" del proyecto provocaron que no se hiciera "un montaje lógico". De hecho para acortar plazos llegaron a trabajar a la vez 160 montadores y soldadores, 10 grúas y 60 plataformas elevadoras, con el consigiuente gasto adicional. Sin la urgencia de la inauguración de la Expo, se hubieran empleado medio centenar de especialistas, según estimó este técnico.


El reto y la propia complejidad geométrica de la pasarela, de 280 metros de longitud, de planta curva y compuesta por cuatro cuerpos, llevó a realizar un sobreesfuerzo técnico en los despachos para que nada fallara en el montaje ni en la complicada y delicada maniobra de lanzamiento. De hecho, la ingeniería que colaboró en los cálculos del puente, Fhecor, incluso tuvo que destinar toda su plantilla a trabajar en este proyecto durante la Semana Santa del 2007.


Su presidente, Hugo Corres, aseguró que el puente, solo de su despacho, acumula "12.000 horas de trabajo de ingeniería" porque casi se tuvo que estudiar cada uno de los cinetos de nudos de la gigantesca celosía metálica que da forma a esta escultura sobre el Ebro. Corres calificó como su "mayor reto" el proyecto del puente, dada su "compleja geometría".


Esta no es la única obra simbólica del 2008 que se ha ido de presupuesto. El alcalde, Juan Alberto Belloch, apuntó hace dos meses que la factura del puente del Tercer Milenio se había disparado un 50% y su coste ascendía a 34 millones de euros. También acumulan sobrecostes el resto de los edificios más representativos de la muestra internacional, como la Torre del Agua, el Palacio de Congresos y el pabellón de Aragón.