TRÁFICO-ZARAGOZA

Las obras del Cuarto Cinturón colapsan Santa Isabel y Movera al limitar sus accesos

El paso habitual se cerró el miércoles y se abrió un solo carril con un semáforo que dura quince segundos.

Una vez más, las obras del Cuarto Cinturón a la altura de Santa Isabel son la causa de retenciones, caos circulatorios y crispación vecinal. Desde el pasado miércoles, la única vía de acceso a Movera se ha visto reducida a un solo carril, regulado por un semáforo que está en verde durante 15 segundos escasos. El paso natural a este barrio rural y a Pastriz se ha cortado y se ha habilitado un desvío por la rotonda de Santa Isabel.


Se trata de una vía que soporta una gran densidad de tráfico, ya que une Zaragoza con Santa Isabel y Movera. Las horas puntas se convierten en un desorden circulatorio en el que confluyen autobuses urbanos, autocares escolares y vehículos particulares, que soportan retenciones de hasta 45 minutos. Al parecer, Fomento, que es quien ejecuta los trabajos, no dio aviso previo de esta modificación en los accesos ni al Ayuntamiento, ni a la Policía Local, a quienes el problema pilló por sorpresa. Prueba de ello fue el gran atasco ocurrido el pasado jueves, que bloqueó los accesos de la ciudad durante tres horas. Incluso decenas de personas asaltaron un bus de TUZSA, tras haber sufrido una larga espera en la parada.


A raíz de aquello, agentes de Policía Local regulan el tráfico en la rotonda durante todo el día. A las 7.00 y a las 17.00, cuando mayores atascos se producen, acuden dos parejas de refuerzo para controlar que los conductores respeten el semáforo del acceso provisional de Movera, que apenas permanece abierto durante 15 segundos.


"Tienen que mejorar ese desvío", demandó el alcalde de Movera, Ismael Abadía, quien recordó que no se trata de una obra de quince días, sino que, según le comunicaron, podría prolongarse hasta mayo. Además, aseguró que estos días la Alcaldía parece una "oficina de reclamaciones". "Los vecinos están hartos, porque llueve sobre mojado. Recurren al Ayuntamiento y hacemos todo lo que podemos", explicó. "He hablado con el jefe de la obra y con la Policía Local y me dijeron que controlarán el tráfico mientras el acceso esté así", comentó. Consideró que es necesario que todas las partes implicadas pongan de su parte para poder controlar el caos.


En la misma línea se expresó la alcaldesa de Pastriz, Yolanda Hortas. "Comprendo que hay que tener paciencia con las obras porque sirven para mejorar la ciudad, pero esto es absolutamente vergonzoso", dijo Hortas, que el jueves sufrió en sus propias carnes el embotellamiento. "Me costó una hora ir desde el Miguel Servet hasta Pastriz", aseguró. Aprovechó también para recordar que el Cuarto Cinturón no beneficia para nada al municipio, que "se queda aislado". "Nuestra intención es conseguir una entrada digna a Pastriz y estamos en trámites para que se modifique el proyecto".


Quejas vecinales


Mientras tanto, los vecinos son, como de costumbre, los más afectados. Uno de ellos es Jorge Martín, que reside en Movera y trabaja en Zaragoza por lo que transita esta vía todos los días. "Llegamos tarde al trabajo, mis hijas entran a clase con retraso y hasta las ambulancias se demoran en sus servicios", denunció. "No es normal que tengamos que esperar a diario hasta 45 minutos para poder salir del barrio", añadió.


La crispación también se palpa en las calles de Santa Isabel, cuya asociación de vecinos se reunió ayer para tratar, entre otros asuntos, el problema de las obras. "Es lo de siempre. Al final quedará muy bien, pero durante los trabajos los que sufrimos somos los ciudadanos", denunció el presidente, José Ramón Villalba.


Sin embargo, y pese a las quejas vecinales, la asociación no tomará de momento ninguna "medida de fuerza" ya que, según confesó Villalba, "la gente está desilusionada y somos muy pocos". "Se oyen protestas por la calle, pero no vienen a nuestra sede a quejarse, así que no podemos hacer nada", concluyó.