¿Cuántas cosas puede hacer en el centro de salud?

El C.S. Rebolería, en el zaragozano barrio de la Magdalena, se ha convertido en un lugar de encuentro vecinal que rebosa actividad y cultura.

Primeras usuarias de la peculiar "sala de espera biblioteca" del centro de salud Rebolería de Zaragoza.
Primeras usuarias de la peculiar "sala de espera biblioteca" del centro de salud Rebolería de Zaragoza.
Heraldo.es

¿Cuántas cosas pueden pasar en el centro de Salud del barrio? ¿Se lo imagina? A priori, las primeras imágenes que le vienen a uno a la mente no son muy halagüeñas. Sin embargo, en el centro de salud Rebolería, ubicado en el corazón del zaragozano barrio de la Magdalena, se han propuesto un gran reto: llenar de vida, arte y cultura este espacio, tradicionalmente relacionado con la enfermedad.

Así pues, desde el pasado 24 de octubre, tal cual se accede al hall del centro, una enorme estantería de colores repleta de libros da la bienvenida a los visitantes. Sobre ella, un cartel pintado a mano reza: ‘Libros libres’. “Se trata de un punto oficial Bookcrossing en el que contamos con más de 500 libros de todas las temáticas y para todas las edades. Queremos que las salas de consulta dejen de estar llenas de gente mirando su teléfono móvil”, reivindica Manuel Cubero, auxiliar administrativo y uno de los responsables del proyecto.

El proyecto ha contado con un gran número de colaboradores, como la Fundación Tranvía, la Asociación de vecinos del barrio, el Colegio Tenerías, el IES Pedro de Luna o los voluntarios del centro. Una forma, aseguran, de utilizar la cultura para dar distinto significado a cualquier espacio, como un centro de salud. “Estar enfermo no es solo la ausencia de salud, el bienestar empieza por los cuidados y la prevención. No queremos ser un sitio en el que se ponen inyecciones y se dan pastillas”, reivindica Carmen Brun, enfermera referente de las actividades comunitarias de Rebolería.

Además, son numerosos los estudios que demuestran los beneficios de la lectura sobre cualquier persona: “Ayuda al desarrollo personal y a prevenir la demencia o retrasar el alzhéimer, disminuye los niveles de estrés, aumenta el vocabulario y la inteligencia y, lo más importante, nos olvidamos del móvil”.

También en la primera planta, en Pediatría, otra estantería de color naranja ofrece un centenar de lecturas a los jóvenes pacientes. En este caso, el estreno de estos libros no se hizo esperar. “Nada más llegar a la sala de espera nos dimos una buena sorpresa, no sabíamos si se podían coger o qué, pero un niño ha cogido un libro y enseguida se han sumado los demás chicos”; explica Verónica, madre de Andrea, de 6 años, que pasea entre las páginas de un libro desplegable titulado ‘Conoce los animales”.

Junto a ella, Hajar, de su misma edad, se sumerge en un libro infantil sobre el ‘Océano’. “Es una gran iniciativa, sobre todo en un lugar en el que las esperas suelen ser tan largas. Llevamos esperando más de 20 minutos”, afirma Souad, su madre.

¿Cuántas cosas puede hacer en el centro de salud?

Primeras usuarias de la peculiar "sala de espera/biblioteca" del centro de salud Rebolería de Zaragoza.

Gran culpa de esta nueva realidad del centro de salud la tiene la Fundación Tranvía de las Fuentes, que ha donado los libros con los que se inicia este proyecto. “Cuando se pusieron en contacto con nosotros mostrando interés en crear un espacio 'bookcrossing' enseguida nos sumamos en nuestra línea por difundir valores de consumo responsable”, explica Ciara Condon, trabajadora social de la entidad.

Ellos mismos comenzaron incluyendo una pequeña estantería de prueba en el hall de su sede en 2015 y, poco a poco, expandieron esta iniciativa por comercios y locales del barrio de Las Fuentes. “El trabajo en red también ofrece valores muy positivos para los vecinos del barrio”, añade.

Deporte y psicología positiva

Este proyecto se enmarca en su buque insignia, ‘Magdalena Camina’, que nació hace cinco años de la mano de un grupo de enfermeras del centro en forma de paseos cardiosaludables, algo que actualmente se lleva a cabo en varios barrios de la ciudad. Poco a poco, surgirían actividades como gimnasia y taichí en el parque, o aquellas que invaden cada semana el propio centro como las sesiones de yoga, mindfulness, el taller de menopausia o psicología positiva, estas últimas a cargo de Pilar Melero.

“Tratamos de llevar a cabo un acercamiento a un punto de vista diferente a la hora de enfocar nuestra vida. Nuestra filosofía es hacer grupo”, explica la voluntaria, que asegura que en un barrio con un alto nivel de población envejecida, en su mayoría personas que viven solas, es un aliciente extra. “Intento sacar las mejores herramientas que posee cada persona para aplicarlas en su día a día”, indica. Desde el centro de salud aseguran que, en muchos casos, este sentido de pertenencia a un grupo ha favorecido que ciertos vecinos tengan ganas de salir de casa y de hacer cosas: “En definitiva, que sean personas activas”.

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