La Policía confirma que el marido de Alexandra Rodica planeó su asesinato

El jefe de Homicidios explica que las seis heridas de la víctima eran mortales.

El acusado, durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

Alexandra Rodica, de 28 años, no tenía casi ninguna posibilidad de escapar con vida. Su presunto asesino, su marido, sabía a qué hora llegaría al punto de encuentro familiar para entregarle a su hijo de 5 años. Conocía perfectamente el lugar; ya había estado allí otras veces.

El inspector jefe del Grupo de Homicidios de la Policía explicó al jurado que es "evidente" que el acusado, Cristinel Ionel Surca, de 34 años, planeó "racionalmente" el asesinato de su mujer. "Porque si no, no se entiende que fuera a comprar poco antes unos cuchillos", dijo. "Conoce las horas de entrega, aprovecha la situación, se embosca en el portal y espera la oportunidad", declaró. Añadió que las seis heridas que infligió a su mujer fueron todas mortales. "Estaban dirigidas a zonas del cuerpo que la mayoría de la gente sabe que hay órganos vitales. Además, la última, la del cuello, la efectúa desde atrás, porque puede hacer más fuerza", detalló. A su juicio, todo esto indica que actuó con alevosía y con una clara intención de matar.

El inspector fue uno de los once policías que este martes testificaron en el juicio por el asesinato de Alexandra Rodica. La mayoría de ellos llegó al lugar del crimen muy poco después de producirse los hechos. Muchos describieron la situación que se encontraron como "dantesca". "Recuerdo el olor a sangre", dijo uno. En la acera de Conde Aranda, la joven agonizaba y un viandante taponaba con su camiseta la herida del cuello, aunque llevaba otras profundas en el abdomen y en la espalda. En el portal, el acusado yacía en el suelo con el cuchillo clavado en la sien y otros cortes que se había causado a sí mismo. También en la calle, el hijo de ambos en estado de shock contaba a un policía lo que había presenciado: "Mi papá ha hecho daño a mi mamá en la tripa y luego se ha matado".

El chiquillo, a pesar de su corta edad, fue capaz de explicar al agente que lo cuidó que habían llegado el día de antes desde Madrid, donde se habían ido a vivir, para ver a su padre. De hecho, el sábado lo había recogido en el punto de encuentro y ese domingo se suponía que iba a hacer lo mismo. Pero lo que presenció fue la mayor tragedia de su vida. "Nos contó que su madre le dejó fuera del portal y desde fuera veía como ella y su padre discutían y que este sacaba un cuchillo de una caja y golpeaba con él a su madre".

No olía a alcohol

Varias preguntas de las acusaciones fueron dirigidas a saber si Cristinel Ionel Surca estaba borracho esa tarde –puesto que él dijo que llevaba bebiendo cuatro días– y si olía a alcohol. Todas las respuestas desmintieron esa posibilidad. "He estado 30 años en tráfico y detecto perfectamente el olor a alcohol", dijo un oficial de la Policía Local.

En la vista oral, declararon también los agentes que trataron que el acusado les diera una muestra de saliva para obtener su ADN y él se negó, como también lo hizo cuando se lo pidió el juez.

Por su parte, Cornelia Surca, hermana del acusado, corroboró la versión que dio este de que no recordaba nada de lo ocurrido y que tras separarse comenzó a beber y a drogarse y estaba deprimido. "Me decía que no podía ver a su hijo", manifestó, aunque admitió que no le contó que no acudió a varias citas con el juez y la abogada para acordar las visitas. Declaró que cuando le sugerían que se separase, él contestaba: "No la puedo dejar porque el matrimonio es hasta que la muerte nos separe".

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