La fiebre del swing toma Zaragoza

La séptima edición del Zaraswing Festival ha contado con más de 400 asistentes procedentes de 12 países y tres continentes.

El proyecto, capitaneado por David Manero y Marta Monstserrat, se convirtió en la primera escuela de swing de la ciudad, y desde hace ocho años no ha hecho más de crecer.
El proyecto, capitaneado por David Manero y Marta Monstserrat, se convirtió en la primera escuela de swing de la ciudad, y desde hace ocho años no ha hecho más de crecer.
C. I.

Durante el fin de semana, el swing ha tomado la capital aragonesa y se ha podido disfrutar en diferentes espacios de la ciudad, incluso al aire libre, de la mano del Zaraswing Festival que se ha desarrollado del 19 al 21 de octubre. En los últimos años, la cita, organizada por la escuela aragonesa Zaraswing, fundada en 2010 en la capital aragonesa, se ha convertido en uno de los eventos de swing más importantes de Europa.

"El proyecto, capitaneado por David Manero y Marta Monstserrat, se convirtió en la primera escuela de swing de la ciudad, y desde hace ocho años no ha hecho más de crecer", explica Jorge Cuadri, miembro de la organización del festival que se ha convertido en buque insignia de la academia. "El objetivo es disfrutar de un fin de semana dedicado al baile, centrándonos en dos líneas básicas: la formación y la divulgación de la cultura del swing", añade.

Para ello, y sin olvidar el componente social de este baile y la importancia de la música en directo a la hora de marcar los ritmos de los participantes que ocupan la pista, desde la organización del festival han querido dar importancia a la música en directo, con la actuación del bandas reconocidas a nivel internacional como los franceses Hot Sugar Band, así como de bailarines invitados como los estadounidenses Gaby Cook y Nathan Bugh, la eslovena Katja Zavrsnik, el también norteamericano Kevin St. Laurent y la israelí Lee Meidan, entre otros.

Desde el principio, uno de los objetivos fundamentales del festival era el de poner el swing aragonés en el mapa mundial: "Esta séptima edición nos ha servido para consolidar el carácter internacional de esta cita, en la que hemos contado con más de 400 asistentes procedentes de más de 12 países y tres continentes".

“El swing no entiende de fronteras, se baila igual en cualquier parte del mundo y es la música la que manda. Cuando bailas, hablas un idioma común independientemente de dónde procedas", explica el organizador.

Durante las tres jornadas maratonianas de danza swing, la capital aragonesa se ha convertido en escenario de diversos talleres y sesiones de baile social, entre los que se han dado varios ‘clandestinos’ que han hecho las delicias de viandantes y vecinos de la capital aragonesa, y se han desarrollado actividades de todo tipo como clases de danza en las aulas de las escuelas Danzalia, Pilar Torcal y Jan Möller y la Academia Zaraswing. Los participantes también han disfrutado de quedadas nocturnas en el Hotel Vincci Zaragoza Zentro con exhibiciones de los profesores invitados.

“Estamos tremendamente orgullosos con la acogida y los altos índices de participación. Cada noche el baile social se ha prologado hasta altas horas de la madrugada con un ambiente estupendo y mucha magia", reconoce Cuadri. Por supuesto, otro de los elementos fundamentales de esta séptima edición del festival han sido los multitudinarios ‘clandestinos’ que han tenido lugar en la plaza España o, el pasado domingo y a modo de clausura, en la plaza Sinués Urbiola, ubicada tras el Teatro Principal de Zaragoza.

Un sueño hecho realidad

Esta séptima edición del Zaraswing Festival se une a la reciente inauguración de la nueva instalación de la escuela de swing zaragozana por la que han pasado más de 5.000 alumnos en estos últimos ocho años. "Hasta la fecha hemos colaborado con otros centros para desarrollar nuestra actividad formativa, pero siempre fue uno de nuestros objetivos. Ha sido un sueño hecho realidad", reconoce el bailarín. El centro se encuentra ubicado en la escuela Madre Sacramento.

Además, cada lunes a las 21.30 el swing abandona sus aulas y se traslada al Café Dublín donde se desarrollan clases abiertas durante todo el año y sesiones de baile social para toda la ciudadanía. Otra forma de dar a conocer esta disciplina que sigue pegando fuerte en Aragón. "El swing es una filosofía de vida. Es gente que tiene alegría y pasión por la música, que busca algo más que una distracción o un mero ejercicio físico. El swing es socializar, conocer e intercambiar", concluye Cuadri.

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