Vicky Esteban: "Le faltaban seis semanas, pero el niño quería salir y ser fiestero"

Vicky Esteban fue noticia hace un año al ponerse de parto en Interpeñas. Su hijo Aimar, peñista de El Almuerzo desde el minuto uno, se ha convertido por derecho propio "en lo mejor de las fiestas"

Esteban, junto a su hijo Aimar, en la sede de Interpeñas
Esteban, junto a su hijo Aimar, en la sede de Interpeñas
Guillermo Mestre

Vicky Esteban, de la peña El Almuerzo, comenzó las últimas fiestas del Pilar "embarazadísima" y las terminó viendo los fuegos artificiales con el pequeño Aimar, su primer hijo, entre sus brazos, algo que no esperaba "para nada". Se puso de parto la madrugada del día 10 en plena Carpa del Rock de Valdespartera unas seis semanas antes de lo previsto. Fueron horas "de muchos nervios" que hoy recuerda como "el momento más importante" de todas las fiestas.

"Estábamos en el tributo a Fito, al final de la carpa. Pudimos ver casi todo, pero... Esa noche había ido varias veces al baño y la última, a eso de las tres de la madrugada, salí, di tres pasos y rompí aguas. Fui a avisar a mi marido Javi, que en ese momento estaba hablando con Patxi, el presidente de Interpeñas, y me dijo que no podía ser, que no me tocaba hasta el 20 de noviembre, pero al ver mis pantalones fuimos corriendo al puesto de Cruz Roja. Allí me vieron y decidieron trasladarme en ambulancia a la clínica Montpellier, donde di a luz pasadas las seis", comenta.

Ese día "todo había sido normal". "Yo estaba muy bien, había dormido muchas horas. Había comido, me había echado la siesta... Esa misma tarde estuve cenando en la peña, no había tenido molestias ni nada. Además, el jueves anterior había tenido revisión y me habían dicho que todo iba muy bien", señala. Al romper aguas se quedó "sorprendida". "No era la fecha. Me preguntaba qué iba a pasar, si todo iba a salir bien... Al adelantarse seis semanas podría haber ido mal, podría no haber estado formado del todo, pero lloró nada más nacer y no hubo problemas. Pesó algo más de 2,5 kilos, estuvo 24 horas en la incubadora y el día 12 por la tarde ya nos mandaron a casa. Fue todo visto y no visto", dice.

Esteban asegura tener la conciencia "muy tranquila". "Todo aquel que me conoce sabe que yo nunca he fumado ni bebido, pero me quedé con la duda de qué habría pasado si no hubiera ido al concierto y decidí hablarlo con mi ginecóloga. Me dijo que el niño tenía ganas de nacer y que no había más: que no había sido culpa de las vibraciones o los ruidos. Habría nacido igual aunque me hubiese quedado a dormir tranquilamente en casa. Quería salir y ser fiestero", bromea.

Aimar, explica su madre, es miembro de la peña El Almuerzo "desde el día que nació", una tradición que se remonta a varias generaciones. "Ya en el hospital le pusimos su pañuelo y su blusón", asegura. Su particular forma de llegar al mundo –hasta la fecha es el primer y único niño que ha nacido en pleno concierto en el recinto de Valdespartera– no tardó en convertirse en noticia. Llamó la atención de médicos, enfermeras... "En la clínica, todo el mundo venía a ver al niño fiestero. La familia se lo tomó bien y en las redes sociales hubo tanto comentarios positivos como negativos. Los había que me ponían de mala madre, pero eran más los que decían cosas buenas. Yo, insisto, tengo la conciencia tranquila. Era un lunes, un día que se podía andar tranquilamente, y me encontraba súper bien. Con mi tripa era casi más peligroso ir en el tranvía que estar en Interpeñas", señala.

Para ella, este primer año ha sido "diferente", ya que ha tenido que compaginar su trabajo con el cuidado de Aimar. "La vida cambia siendo madre, pero estoy muy contenta. Es muy risueño y se porta muy bien", admite.

Estas fiestas solo saldrá "un par de noches". "Dejaremos al niño con sus abuelos, pero, sobre todo, disfrutaremos de día: iremos a los cabezudos, al espacio Río y Juego y a las actividades que hay en la peña", expone.

Hoy, la familia vivirá un momento especialmente emotivo. Será la primera vez que el pequeño salga en la Ofrenda de Flores, una cita ineludible para los Pina-Esteban. "Irá con un traje que le han regalado. Este año me hace más ilusión todavía", reconoce. El año pasado también podría haberlo hecho. "Llegamos a casa a las 17.00 e Interpeñas no salía hasta pasadas las 19.00, pero no teníamos fuerzas. Este año en cambio tocará madrugar. Salimos de los primeros", indica. Este, en todo caso, no será el primer gran acto al que vaya Aimar. "Ya ha vivido el 23 de abril y le disfracé para carnavales. También ha estado en el aniversario de la peña", afirma Esteban.

En El Almuerzo, situada en el número 6 de la calle del Cardenal Cisneros (Las Fuentes), hay unos 400 peñistas y Aimar, que da ya sus primeros pasos ayudado por sus padres, es uno más. "Este año nació otra niña en junio y sé que hay otra de abril que también se ha apuntado. Además, en enero nacerá un primo suyo. Va a estar muy acompañado, va a haber bastantes niños de su quinta", comenta su madre.

Tanto para ella como para su marido, las fiestas del Pilar son "un motivo de orgullo". "Como peñistas, sin fiestas no sabríamos estar", admite. Aunque las de las últimas décadas han estado marcadas por los conciertos, la diversión y los buenos momentos, el mejor ha sido, "sin duda", el del año pasado. "Para mí, ha sido lo más importante", recalca.

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