El delincuente Andrés M. G., de 42 años, muy conocido en el barrio Torrero-La Paz por su peligrosidad y por el mote de ‘el Moro’, fue arrestado la madrugada del lunes cuando estaba robando en una carnicería en la calle de Zafiro. Una patrulla de Policía Local, alertada por un vecino que escuchaba ruidos en el comercio a las 4.00, lo detuvo cuando había abierto una caja fuerte y una caja registradora, de las que se llevaba unos mil euros.

Los agentes lo sorprendieron in fraganti cuando había abierto el negocio utilizando dos barras metálicas. La patrulla se dirigió hasta allí y observó que la persiana metálica estaba forzada y se veían luces en el interior del establecimiento, situado en la calle del Zafiro. Cuando los agentes accedieron al interior del local, se encontraron con el individuo, que logró abrir la caja registradora y una caja fuerte.

La Policía Local había procedido a la detención del hombre, que responde a las iniciales A. M. G., por ser el presunto autor de un delito de tentativa de robo.

La Policía Nacional seguía sus pasos por otras causas y le tomó declaración ayer por la mañana, después de que montara una gran bronca en la comisaría del Actur, donde se negó a realizarse la prueba de ADN en el pelo.

Al parecer, había dos personas implicadas en el robo, como se dice en el barrio, pero uno de ellos había escapado y el arrestado no ayudó a su identificación.

El juez de guardia le tomó declaración sobre el intento de robo y al final decidió dejarlo en libertad provisional después de haber confesado que es un politoxicómano de diferentes sustancias estupefacientes.

Extorsión y accidente

Además, el delincuente conocido como ‘el Moro’ tiene pendiente un asunto grave que está siendo instruido por el juzgado de Daroca por una denuncia por extorsión que presentó una persona en el cuartel de la Guardia Civil en Cariñena en diciembre de 2017, a quien al parecer había conocido en la cárcel.

La Policía conoce bien a este delincuente con sus antecedentes ligados con la venta de drogas y como consumidor de estupefacientes. De hecho, tiene otra causa abierta por un accidente de coche cuando conducía drogado.

En el barrio de Torrero-La Paz se le conoce también porque estuvo fugado casi diez años de Zaragoza por algún asunto turbio en el que lo implicaron y cuando regresó volvió con siete hijos.

También se le relaciona con Alfredo Tobed Ruiz, alias el Kiko, el narco de la heroína, quien fue detenido en Botorrita en junio después de siete años de búsqueda ininterrumpida por la Policía Nacional. En los últimos meses se escondía en un chalet en la localidad zaragozana de Botorrita.