Orines, heces, pañuelos de papel, tampones y preservativos usados… durante el primer fin de semana de fiestas del Pilar los portales y garajes del barrio de Valdespartera se han convertido en los improvisados refugios de cientos de jóvenes que se concentran en torno a Espacio Zity en un macrobotellón.

Algunos vecinos del barrio afectados, sobre todo los que residen en las calles colindantes al recinto, como son La Diligencia, Al Este del Edén, Una Noche en la ópera o Con faldas y a lo loco, no han tardado en organizarse a través de las redes sociales para reunir las numerosas quejas vecinales. “Durante el primer fin de semana hemos recopilado más de una treintena de quejas, y desde el Ayuntamiento nos han dicho que tan solo el viernes recibieron 80”, explica Adolfo Lahoz, presidente de la AVV del barrio.

Tan solo durante este fin de semana, el Ayuntamiento de Zaragoza ha recibido más de un centenar de denuncias por orinar en la calle, y esto es tan solo el principio. “Como estos días ha hecho mucho frío los jóvenes han cruzado la avenida y se han metido en muchos portales para protegerse”, añade Lahoz, quien asegura que el viernes se vivió un auténtico caos en el barrio.

“Había demasiada gente apostada en la entrada del espacio Zity y tuvieron que abrir los tornos para que no hubiera una desgracia”, recuerda. Ante tales hechos, la asociación de vecinos solicitó, por un lado, un mayor número de contenedores y urinarios públicos y el aumento de la vigilancia policía en la zona: “Han traído 20 aseos portátiles más y nos han asegurado desde el Ayuntamiento que contamos con todos los contenedores disponibles pero sigue siendo insuficiente”.

Entre las quejas recibidas, que asegura que son de lo más variadas, lo más habitual son “la presencia de orines y heces en los portales, residuos procedentes del botellón… es muy importante la participación de los vecinos su colaboración para poder mejorar la situación”, explica.

Precisamente para concentrar estas reclamaciones, Rebeca Herrero, vecina del barrio, decidió crear el grupo de Afectados por el recinto ferial de Valdespartera que cuenta con más de 270 miembros. “Las normas están para cumplirse, y esto no es de recibo, como que se haya trasladado este recinto al barrio con mayor densidad de niños de la ciudad”, critica. “Hay muchos vecinos que se cogen las vacaciones durante el Pilar para irse, no es justo que tenga que irme de mi casa por las molestias de la gente”, asegura esta vecina residente en la calle Una noche en la Ópera.

Además, asegura que la limpieza y reparación de los desperfectos ocasionados en las propiedad privadas corren a cargo de los propios vecinos: “Ni siquiera puedo bajar a por el coche al garaje de lo mal que huele, esto es insoportable”.

Como ella, Sole asegura que la situación es “intolerable”. “Estoy desesperada, por las noches cierro las puertas y las ventanas e incluso bajo las persianas pero la cama vibra con el ruido”, lamenta esta vecina. “Por no hablar del deplorable estado en el que dejan las calles, es una pena”, asegura. “Al final me veo obligada a tomar una pastilla para dormir por las noches, el Orfidal es lo único que me salva durante estos días”, resume.

“Por si fuera poco, les dices algo y te insultan o te contestan mal”, lamenta otra vecina del barrio, Mari Carme Briz. “Llevo viviendo aquí 7 años y cada vez va a peor, este año se les ha ido de las manos”, critica esta vecina, que asegura que llamó varias veces a la policía este fin de semana. “Entraron a nuestro portal a cobijarse, y a la mañana siguiente encontramos tampones, orines e incluso heces. Así no podemos aguantar todas las fiestas”, continúa.

Además, son varios los vecinos que opinan que lo peor está por llegar. “Entendemos que son fiestas, yo misma salgo y soy peñista, pero sé cómo me tengo que comportar”, opina Sara Fernández, que también fue testigo de lo ocurrido en la vivienda de su pareja.

Entre los vecinos, otra de las quejas más recurrentes tiene que ver con los niveles de ruido. “Está más alto que otros años y es algo que comentamos muchos vecinos de la zona”, lamenta Verónica, mientras pasea con su hijo por la calle. Como ella, son muchos los vecinos que deciden abandonar su residencia durante las fiestas del Pilar. “A nosotros nos daba miedo porque la niña es muy pequeña y con este ruido no se puede estar”, asegura otra vecina.

Por su parte, uno de los operarios de FCC asegura que, al llegar por la mañana, el sábado no se veía ni el césped. “Estaba todo lleno de bolsas y botellas de plástico”, indica el trabajador, que asegura que se han doblado las cuadrillas de limpieza durante las fiestas.