Ventura hace historia cortando cuatro orejas

La revolución de Ventura llegó a Zaragoza para culminar una temporada de récord. La tarde que firmó el de la Puebla quedará para el recuerdo. Magisterio.

Cumbre su faena al sexto al que toreó muy despacio dando el pecho con Bronce. Sacó a Gitano y terminó de formar el lío. Citó de punta a punta clavando al violín en dos batidas imposibles. Cuántas alegrías va a dar ese caballo. El colofón llegó cuando apareció con Dólar, una de las estrellas de su cuadra, sin cabezada. Sobre el tercio y, en un palmo de terreno, le puso dos largas sin las riendas. Tremendo. Queriendo asegurar, sacó a Remate para pasaportar a su oponente y no se equivocó. El toro cayó rodado. Sin embargo, el rejón quedó demasiado trasero y tendido. Pese a eso, la petición de las dos y el rabo fue unánime. Aguantó bien el presidente.

Tal premio se sumó a las dos orejas que había cortado en el primero de su lote. Otro toro con muchos pies y largo recorrido. Con las banderillas firmó pasajes de gran belleza toreando a dos pistas con Nazarí y con Lío se lo dejó llegar al estribo a la hora de clavar. Sensacional. Sin embargo, fue Remate el que terminó de volver loca a la gente citando a dos patas y pisando terrenos comprometidos en la suerte suprema. Rejonazo y dos de ley.

Rui Fernandes también pudo acompañarle por la puerta grande de no haber sido por su mal uso de los aceros. El abreplaza fue sensacional. Una locomotora. Siempre a más y obligando a Rui Fernandes a llevar a su cuadra al límite. Trató de pararlo con dos rejones a lomos de Glorioso pero ni por asomo. El toro se crecía por momentos y tuvo que ser Jaguar el que con dos quiebros de dentro hacia afuera parase las encastadas embestidas del animal. Faena vibrante y con transmisión que finalizó sobre Jardinero fallando con los aceros. Mal.

Sin embargo, con el cuarto, estuvo muy por debajo de la categoría de la plaza. Una faena sin más argumento que el aplauso fácil y varias pasadas en falso. Paró con Jaguar y colocó los rehiletes a lomos de Artista. Siempre desde la distancia y sin apretarse. Se pasó de faena y tuvo que arriesgar con el rejón de muerte montando a Cigano.

La mala suerte de Cartagena

Al alicantino le cayó el peor lote de la tarde ya que sus toros apenas le permitieron lucimiento alguno. Al segundo lo recibió sobre Cuco y planteó una faena inteligente sobre Picasso. Pese a medir bien los tiempos dándole respiro al toro, el animal fue a menos y terminó parándose ante Apolo y Pintas. Una lástima. Anduvo hábil con los aceros.

Su suerte no mejoró con el quinto. Un zambombo cuyas hechuras no presagiaban nada bueno. Casi seiscientos kilos de carne y menos raza que sus hermanos. De salida le colocó dos rejones sobre Mediterráneo y, mientras banderilleaba con Cupido, el animal se lesionó. A lomos de Bandera, otro de sus caballos estrella, trató de cuidarlo llevándolo muy templado y muy cosido al estribo, pero fue imposible. El animal se vino abajo y terminó por echarse en el centro del ruedo. Debieron apuntillarlo con mayor rapidez.

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