La escalada en bloque llega a Zaragoza

El centro Bulderland permite practicar en la ciudad la modalidad de escalada 'boulder', sin sujeciones, hasta una altura de 4,5 metros y con colchonetas en el suelo para amortiguar impactos.

La escalada en bloque llega a Zaragoza
La escalada en bloque llega a Zaragoza
Bulderland

Los rocas que albergan el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, en Albarracín, como referencia internacional, y otras zonas en Alcañiz, El Buste, Arguis y Trasobares destacan entre los lugares idóneos para la práctica al aire libre de la escalada en ‘boulder’ -en inglés significa roca o peñasco-.

Esta modalidad, que cada vez cuenta con más aficionados, ya se puede practicar desde el pasado mes de junio en Bulderland (avenida de Navarra, 22), la única sala de Zaragoza accesible de manera comercial que cuenta con instalaciones homologadas. El centro dispone de 600 metros escalables con una altura de 4,5 metros y es uno de los más grandes de Aragón, con unas instalaciones de 1.200 metros cuadrados.

La escalada en bloque se realiza sin cuerdas ni elementos de fijación, consiste en escalar bloques de roca y para amortiguar posibles impactos o caídas se coloca una colchoneta en el suelo.

Para quienes no tienen la oportunidad de practicar al aire libre este deporte, que en 2020 será olímpico, la opción de ejercitarse en recintos como Bulderland permite encaramarse a sus muros y enfrentarse a los 120 problemas que plantean sus recorridos. Existen vías de diversa dificultad, desde las más sencillas a las de mayor complejidad distinguidas por colores, donde también influye la inclinación de la pared y la distancia entre agarres.

Disfrutar de las instalaciones de Bulderland cuesta 7,50 euros, en el caso de la entrada de día -o 6,50, si se adquiere la tarjeta de 10 sesiones- y también se ofrecen bonos mensuales, semestrales y trimestrales que disfrutan, además, de un descuento familiar para menores de 16 años.

Esta actividad es “asequible para todo tipo de personas, tanto para expertos como para no iniciados que simplemente quieren pasar un rato divertido”, explica Samuel Arroyo, director de esta iniciativa -impulsada por varios socios- junto a José María Puyal, Daniel Gomara, Eduardo Lana y Eduardo Salinero.

“La evolución de esta forma de escalar en rocódromo ha provocado que sea menos transferible a ciertos movimientos de montaña porque la nueva tendencia de competición implica movimientos más espectaculares de pasos que quizás al aire libre no son tan parecidos, aunque en gran medida el ‘boulder indoor’ es muy similar. En suma, se trata de realizar los mismos ejercicios y por eso aquí se viene precisamente a entrenar para estar fuerte en la montaña”, añade.

Arroyo señala, además, que “la modalidad ‘indoor’ prácticamente se ha convertido en un deporte en sí mismo. Hay quien no ha pisado nunca la montaña, viene aquí y lo pasa genial”.

El centro dispone de una escuela de escalada para niños de 6 y 13 años, además de actividades de iniciación, bautismos de escalada, grupos de entrenamiento para distintos niveles y entrenamientos personales. “El centro está preparado para que todo tipo de personas, sin límite de edad y de cualquier condición física, puedan venir a escalar por diversión o para mantenerse en forma”, informa Arroyo.

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