"Atentado salvaje" sobre el Pilar: relato del 3 de agosto de 1936

Tanto el gobierno de Madrid y la Generalidad de Cataluña como los militares sublevados dispusieron de medios aéreos desde el inicio de la guerra civil.

Las bombas de la Basílica del Pilar de Zaragoza
Las bombas de la Basílica del Pilar de Zaragoza
Archivo Heraldo

Adelina Kondratieva fue traductora de ruso en la guerra civil española, en los servicios de la aviación republicana, una vez que la Unión Soviética envió aparatos y pilotos para reforzar los efectivos gubernamentales.

Durante una visita turística al Pilar dice la anciana haber encontrado una falta histórica importante.

Asegura que, o en Zaragoza erramos en la atribución de fecha al bombardeo aéreo del templo zaragozano, o nos equivocamos en la autoría, puesto que, según ella, en agosto de 1936 la República no disponía de aviones.

No hay ningún error en la escueta inscripción del Pilar , sino desconocimiento por la señora Kondratieva sobre cómo fue la guerra aérea al principio de la contienda española.

Tanto el gobierno de Madrid y la Generalidad de Cataluña como los militares sublevados disponían de medios aéreos que utilizaron de inmediato.

Zaragoza fue bombardeada mucho antes de que hubiese en España aviones rusos e incluso con anterioridad al ataque del 3 de agosto contra el Pilar. La guerra civil no quedó a la espera de que llegasen la señora Kondratieva y sus compatriotas aviadores. Esos datos no son ningún misterio.

En el mismo mes de julio de 1936, aparatos con base en Cataluña soltaron su carga sobre la capital aragonesa y otros lugares de la región, como el Bajo Aragón, nada más iniciado el conflicto.

Uno fue, incluso, derribado en Torremocha y exhibido de inmediato en Zaragoza. Es un extremo sobre el que no ha lugar a discusión, aunque hoy convenga precisarlo.

Poco después de las dos y media de la noche del 3 de agosto de 1936, un avión descargó tres bombas sobre el Pilar , dos de las cuales penetraron en el templo, dañando la pintura de Goya frente a la Santa Capilla, sin estallar. La tercera, también defectuosa, se clavó en el pavimento de la plaza. Los tres artefactos impactaron con violencia -uno de ellos quedó partido- y ninguno hizo explosión.

Dos días más tarde, aviones republicanos con base en Madrid bombardeaban Valladolid y Logroño y Zaragoza era atacada de nuevo desde Barcelona por un aparato cuya carga cayó, entre otros lugares, sobre el Hogar Pignatelli, entonces hospicio de huérfanos.

El día 8, un bimotor republicano era abatido en Soria y en esos mismos días, las autoridades locales notificaban la próxima arribada a Zaragoza de cuatro Savoia italianos para prevenir y responder a los ataques procedentes de Cataluña. Poner en duda semejantes hechos puede obedecer a cualquier causa exceptuada la de un conocimiento elemental.

En cuanto a la breve inscripción existente en el Pilar, que menciona la fecha correctamente, no puede equivocarse en la autoría, pues ni siquiera la menciona. Dice así: Dos de las tres bombas arrojadas sobre el S.T.M. del Pilar el 3 de agosto de 1936.

Inscripción en las bombas de la Basílica del Pilar de Zaragoza

HERALDO DE ARAGÓN publicó en la portada al día siguiente el sucesos calificándolo de "atentado salvaje".

Portada de HERALDO DE ARAGÓN del día 4 de agosto de 1936 con las bombas en el Pilar


Portada de HERALDO DE ARAGÓN del día 4 de agosto de 1936

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