Admite que estafó al exzaragocista Pulido 264.000 euros con negocios en Rusia

Un vecino de Zaragoza acepta ser condenado a 2 años de prisión y reintegrar el total del dinero estafado.

Sergio Díez Saldaña, este jueves, en la Audiencia de Zaragoza.
Sergio Díez Saldaña, este jueves, en la Audiencia de Zaragoza.
Raquel Labodía

El exzaragocista Rubén Pulido, miembro del vestuario que subió al equipo a Primera División en 2009, volvió este jueves a la capital aragonesa, aunque no a La Romareda. El defensa acudió a declarar como perjudicado en un juicio que se celebró en la Audiencia. El único acusado, Sergio Díez Saldaña, reconoció haber estafado 266.750 euros al exfutbolista entre 2011 y 2014.

La Fiscalía pedía para él una pena de cinco años de cárcel por un delito de estafa continuada y el reintegro del dinero, mientras que la acusación particular, ejercida por el abogado Antonio García Muñoz en nombre de Pulido, interesaba igualmente el reembolso de las cantidades y una condena de seis años por estafa, apropiación indebida e insolvencia punible.

La admisión de los hechos por parte del acusado ante el tribunal de la Sección Tercera posibilitó un acuerdo. El ministerio público rebajó su petición de pena hasta los dos años de cárcel más una multa de 900 euros por estafa continuada, tras aplicar la atenuante muy cualificada de reparación del daño, calificación a la que se adhirió la acusación particular.

La relación del estafador con el exfutbolista se remonta a 2010 Aquel año, Pulido tuvo un problema fiscal y uno de sus amigos le puso en contactó con Sergio Díez Saldaña, que se presentó ante él como gestor. El exjugador explicó en los pasillos de la Audiencia que el estafador le resolvió el asunto, lo que dio lugar a una relación de confianza. Para la Fiscalía, el acusado acabó aprovechándose de su amistad.

En enero de 2011, Díez, "con ánimo de enriquecerse", propuso a Pulido formar parte de un negocio de venta de carne en Rusia porque su novia y una amiga de esta eran oriundas del país y habían trabajado en el envío internacional de productos cárnicos, por lo que tenían contactos con proveedores en España y conocían el terreno en Rusia.

El papel que le propuso al que fuera defensa del Zaragoza se limitaba a aportar dinero. La primera transferencia que realizó, de 25.000 euros, se remonta al 24 de febrero de 2011 y, hasta enero de 2014, constan otras más por un total de 204.750. El futbolista nunca recibió ninguna cantidad en concepto de beneficio o devolución.

Para poner en marcha el negocio, el acusado no creó ninguna sociedad porque, según consta en el relato de hechos probados redactado por el fiscal, le dijo a Pulido que no era necesario, porque él tenía permiso de importador para operar en Rusia y el hecho de que el futbolista viviera fuera de España entonces (salió del club blanquillo en el verano de 2010 con rumbo al Asteras Tripolis de la Superliga griega) hacía las cosas aun más complicadas.

El fiscal asevera que las compras de carne nunca se hicieron y el dinero iba a parar a la esposa del autor del engaño, que aún se agravó más porque en 2012 consiguió del exjugador otros 62.000 euros para invertirlos en comprar maquinaria pesada para enviarla también a Rusia.

"Nos gustaba mucho Zaragoza. Vivimos aquí muy a gusto. Esto fue lo único malo que nos pasó", reconocieron tanto Pulido como su mujer este jueves en la Audiencia, a donde también acudióel exfutbolista Javier Paredes, que es amigo de la familia y estaba citado a declarar como testigo, aunque al no celebrarse juicio no hizo falta.

El perjuicio económico que les ha causado en estos años Sergio Díez Saldaña ya ha comenzado a resolverse: este jueves ingresó al exjugador 50.000 euros y tendrá que hacerle otra transferencia idéntica en siete días. Su defensa pidió la suspensión de la pena de cárcel al terminar la vista oral, pero el fiscal la rechazó hasta que ingresara el dinero que debe.

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