Los vecinos lamentan la reapertura del 'after' de la calle Vasconia que acumuló cerca de 200 denuncias

El local estuvo clausurado cautelarmente durante seis meses, pero este verano ha vuelto a abrir sus puertas.

Exterior del bar La Clave, situado en la calle Vasconia, en una imagen tomada ayer.
Exterior del bar La Clave, situado en la calle Vasconia.
Toni Galán

El verano no ha traído noticias especialmente positivas para los residentes en el entorno del Rollo. Después de más de un año de protestas, reuniones con las fuerzas políticas y actividades populares, los vecinos no han logrado erradicar una problemática, la del ruido nocturno derivado de los bares, que con el buen tiempo se ha reactivado.

El botellón ha sido desde el principio el principal conflicto, según denuncia la asociación de vecinos La Huerva. Una práctica que cuenta con la connivencia de algunos hosteleros de la zona, que venden vasos de combinados para su consumo específico en la calle. Esto provoca que grupos de jóvenes se congreguen en las aceras, lo que impide el correcto descanso en las viviendas. Una situación que parecía olvidada, pero que en los últimos años ha vuelto con fuerza.

En las últimas semanas, sin embargo, se ha sumado otro brete para la correcta convivencia en el barrio. "El 'after' de la calle Vasconia que se cerró hace algo más de un año ha vuelto a abrir", lamenta Carlos Monge, portavoz de la organización vecinal. Así lo atestiguan las imágenes captadas por los ciudadanos.

Al local se le impuso una clausura cautelar a instancias de la Delegación del Gobierno (en la anterior legislatura) en mayo de 2017. Esta sanción concluyó seis meses después.

"Se trata -afirma Monge- de un establecimiento muy problemático que abre por las mañanas del fin de semana congregando a la gente que sale de los locales que van cerrando en otros puntos de la ciudad. Lo que acaba ocurriendo es que en la calle se producen peleas, tráfico de sustancias ilegales...".

Tal y como avanzó HERALDO en su día, la Policía ha intervenido constantemente y hasta su cierre hizo efectivas en esa misma calle casi dos centenares de denuncias en dos años por alteraciones del orden público, menudeo de drogas y desobediencia, con picos de hasta diez expedientes en un solo fin de semana. Al margen de las intervenciones policiales, también el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza inició en 2016 dos expedientes sancionadores contra este local, que concluyeron con sendas multas de 1.200 y 900 euros respectivamente por incumplimiento del horario de cierre.

Según indican los vecinos, "el 'after' ha abierto sus puertas mediante una nueva declaración responsable solicitada por una empresa a nombre de una gerente distinta a la del anterior propietario".

La declaración responsable es el documento requerido por Urbanismo para iniciar la actividad de un pequeño negocio, que puede echar a rodar y ser inspeccionado a posteriori por los técnicos municipales. Distintos hosteleros de la zona se han venido aprovechando de este recurso burocrático para concatenar distintas titularidades en los bares y evitar así su cierre, una práctica que viene siendo denunciada por partidos políticos y particulares.

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