Los vecinos de Las Delicias quieren recuperar el parque Castillo Palomar

Si hay algo que invita a los vecinos de Zaragoza a movilizarse es el estado en el que se encuentran los parques que les rodean: el mal uso del riego o el adoquinado peligroso del parque Miraflores, la suciedad y barrizales del de la Aljafería, el deterioro de las fuentes encharcadas de Torre Ramona, los problemas de vandalismo y la falta de equipamientos y arbolado de los parques de La Jota (Valmaseda, Royo del Rabal y Oriente), etc. “En Las Delicias pasa igual, el vecindario es muy sensible con los parques y en cuanto pasa algo acuden a la asociación a denunciarlo”, cuenta José Luis Zúñiga, presidente del colectivo vecinal Manuel Viola de Las Delicias.

Actualmente, es el parque Castillo Palomar el que despierta más preocupación entre los residentes en el barrio, aunque no es algo nuevo. “Por desgracia la situación es crónica, es un parque bastante abandonado, dejado, se ha cuidado poco, pero ahora tampoco está pasando más que en otras ocasiones. Nosotros lo denunciamos continuamente desde la asociación vecinal”, explica Zúñiga, quien considera que “al ser verano hay muchos más vecinos que pasean por él y se dan cuenta de cómo está, por eso ahora se encuentran con los desperfectos”.

Una de las principales quejas apunta hacia el arbolado, sobre todo desde que en mayo se desplomara un pino de grandes dimensiones hasta la calzada de la calle Rioja. “Por suerte no se produjeron daños personales, en ese momento no había ni peatones ni vehículos por la zona, pero no me quiero ni imaginar si eso hubiera pasado a otra hora del día, una catástrofe”, dice Marina Palos, vecina de la calle Rioja.

Se trataba de un ejemplar sobre el que el personal de FCC, que lleva a cabo el mantenimiento del parque, ya había detectado que presentaba una inclinación anómala, algo que se había puesto en conocimiento del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Zaragoza. Tras este suceso, el departamento de Ecología Urbana del Consistorio se mostró dispuesto a realizar una inspección de todos los árboles del parque Castillo Palomar, para valorar posibles riesgos que pudieran presentar otros ejemplares y tomar las medidas oportunas.

Tras las tormentas y el cierzo de los últimos meses, más de un ejemplar fue derribado. A la petición vecinal de reponer el arbolado se suma la de grupos municipales como el PAR Zaragoza. Desde el partido también han advertido recientemente del "pésimo estado de la caseta de servicio construida en el interior del parque”, puesto que señalan que lleva tiempo vallada provisionalmente y “tiene toda la techumbre caída, ofrece una pésima visión para los usuarios del parque”. De igual modo, el grupo político echa en falta “la debida restauración de bancos que se encuentran en mal estado” y lamenta “la suciedad en algunos de los paseos”.

Según el PAR, es prioritario actuar en el acceso norte del parque, desde la avenida de Navarra, así como en el entorno de la zona deportiva de la parte alta del Castillo Palomar, “muy utilizada, pero con claros signos de haber sufrido vandalismo". Palos recuerda que Las Delicias es un barrio muy poblado donde “tenemos la necesidad de contar con espacios comunes al aire libre que estén en buenas condiciones”. Así pues, la vecina defiende que el parque Castillo Palomar “es un enclave fundamental en la zona y no podemos permitir que el paso de los años lo siga deteriorando”.

Para la asociación vecinal Manuel Viola, la dejadez no es exclusiva del parque Castillo Palomar ni de Las  Delicias. “Toda la ciudad está así y la autoridades se tendrían que poner las pilas”, considera el colectivo. Todo lo relativo a las zonas verdes “nos agobia, porque son fundamentales para el vecindario”, dice Zúñiga, pero reconoce que las mayores protestas de los residentes en Las Delicias llegan “por la suciedad, del parque y de todas las calles, aunque la calle Delicias se lleva la palma”.

El presidente avanza que a partir de septiembre la asociación se va a poner a trabajar para “retomar el asunto de los parques más en serio  y también el de la limpieza”. Las ultimas quejas registradas hacen alusión a “la calle Jaca, donde hay cuatro o cinco contenedores de pena; la calle Don Pedro de Luna, en la que tienen lugar ruidos insoportables, o la calle Borja, donde hay problemas con un par de bares”, indica Zúñiga.  El colectivo estudiará posibles soluciones, porque las que han aplicado hasta ahora como actuaciones de mediación “han servido de poco o de nada”, concluye el presidente.