Cuando un ladrido puede salvar una vida

Los perros de alerta médica son ángeles de la guarda. María García cuenta cómo Lana vigila su diabetes.

María con Lana en un establecimiento turiasonense.
María con Lana en un establecimiento turiasonense.
N.B.

Esta es la historia de la turiasonense María García y de su ángel de la guarda, que en este caso es una pequeña perrita que le ha salvado la vida en numerosas ocasiones. Desde los once años, María padece diabetes de tipo I, por lo que se tiene que inyectar insulina todos los días en el desayuno, la comida y la cena.

En los últimos años le ha resultado más difícil controlar su enfermedad. "Estaba muy baja y por las noches me dormía, alcanzando una inconsciencia peligrosa que puede derivar en un estado de coma. Esto me creaba mucha ansiedad y ni mi marido ni yo dormíamos tranquilos, siempre pendientes de si me podía pasar algo", recuerda.

Empezó a buscar ayuda y encontró a la Fundación Canem de Zaragoza, donde adiestran perros de alerta médica. Son animales específicamente seleccionados, educados y adiestrados para detectar las hipo y las hiperglucemias de la diabetes y las crisis de desconexión sensorial de la epilepsia. Los llaman los dulces protectores. "Al principio me sorprendí de que un perro pudiera marcar las subidas y bajadas de azúcar, pero la verdad es que es una seguridad. Te avisa con tiempo para que estés prevenida y puedas poner remedio", explica la turiasonense.

Así es como Lana, su perra de asistencia, llegó a su vida en noviembre del año 2016. A través del olfato, Lana detecta si su dueña tiene problemas con los niveles de azúcar en sangre y le avisa para que la situación no se complique. "Lana mueve la cola, te va rodeando y te mira fijamente de manera intensa y te ladra en seco. No sustituye al glucómetro, pero hace que te pongas en alerta para mirar la glucemia", afirma María García. La perra detecta las oscilaciones del isopreno en la respiración de su dueña, un químico imperceptible para los humanos.

Cuando María sale con Lana de paseo siempre lleva la documentación que acredita que se trata de un perro de alerta médica. En Tarazona hay otro perro de asistencia, por eso quieren difundir su historia, para que no haya problemas para entrar con los animales a bares y comercios. "Necesito a la perra y va conmigo. Desde el embarazo mis hipoglucemias se desarrollan sin síntomas, ni malestar, ni temblores… y para mí ir con Lana es mi tranquilidad", indica.

Poco a poco se va conociendo la función de este tipo de perros. "La gente te pregunta porque es algo curioso, pero los comentarios siempre son positivos", explica. María asegura que gracias a Lana ha mejorado su calidad de vida.

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