Torre Ramona intenta esquivar la piqueta

El Ayuntamiento quiere revocar la licencia de derribo de este antiguo convento, reformatorio y escuela de Las Fuentes, que los vecinos consideran «un icono» del barrio.

Imagen de la zona conocida como la capilla, la de más valor.
Imagen de la zona conocida como la capilla, la de más valor.
Aránzazu Navarro

Su existencia puede que sea desconocida para la mayoría de los zaragozanos, pero no lo es para muchos vecinos de Las Fuentes y Montemolín. A lo largo del siglo XX fue manicomio, reformatorio, escuela y convento. El edificio Torre Ramona, que da nombre al parque cercano, quiere esquivar la piqueta a la que parece condenado. El inmueble es del Gobierno de Aragón, que tiene derecho a construir viviendas allí, y que ya tiene planes concretos para levantarlas. Para ello, cuenta también con un permiso de derribo de Torre Ramona... que la próxima semana se va a poner en cuestión.

Los vecinos se han rebelado contra la idea de que este inmueble con forma cuadrangular, que se levantó en la primera década del siglo XX, quede reducido a escombros. Su lamento ha llegado hasta el Ayuntamiento, que esta semana va a intentar revocar la orden de derribo que él mismo concedió. Torre Ramona no está catalogado patrimonialmente ni protegido, y presenta un estado ruinoso en algunas partes. En la gerencia de Urbanismo, el próximo miércoles, los grupos tendrán que posicionarse sobre una propuesta para levantar parcialmente la licencia, y suspender la ejecutividad del acuerdo que ese mismo órgano tomó hace ahora justo cuatro meses.

Fue la asociación de vecinos de Las Fuentes la que alertó al Ayuntamiento de la situación. Diego Luque, su secretario, explica que Torre Ramona es «un icono» para el barrio, y que creen que debería salvarse y protegerse, al menos en parte. En concreto, y a la espera de conocer los informes que el servicio de Patrimonio del Ayuntamiento ha elaborado, los vecinos apuntan al espacio conocido como «la capilla» como el que se debería preservar. Del mismo modo, también destacan el valor natural del jardín, donde hay dos grandes árboles –un cedro y un plátano– que están protegidos.

Fuentes de Urbanismo señalaron que el objetivo no es impedir la construcción de viviendas en la zona, ni restringir los derechos que tenga el Gobierno de Aragón. Por eso, se quiere negociar una solución urbanística diferente.

Usos múltiples

La parcela, de más de 5.000 metros cuadrados, está entre las calles de Belchite, Castillo de Javier, Colegiata de Bolea y María de Aragón. Se trata de una zona que, junto con las cercanas calles de Miguel Servet y Cesáreo Alierta, ha concentrado un buen número de promociones inmobilarias en los últimos años.

El edificio estuvo ocupado hasta hace un lustro, cuando salieron las últimas monjas del convento. A comienzos del siglo XX, cuando se erigió como torre, fue una escuela de arquitectura. Amplió sus dependencias y pasó a ser el manicomio ‘Nuestra Señora del Pilar’, así como un reformatorio. Algunos de los vecinos pasaron por la escuela que se abrió allí en los años 60, ya con la congregación religiosa al frente. El edificio, no obstante, era propiedad del Gobierno central, y fue cedido a la DGA en 2010.

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