Las asociaciones vecinales denuncian el mal estado de las aceras y piden un plan de actuación urgente

Arreglar baldosas y rebajar bordillos figuran entre algunas de las principales demandas de los barrios zaragozanos.

Baldosas que saltan, bordillos sin rebajar, socavones con los que tropezar o calles por las que no pueden transitar las sillas de ruedas. Este es el estado de las aceras de Zaragoza en gran parte de los barrios más antiguos de la ciudad. A pesar de que se han arreglado muchas de ellas todavía queda trabajo por hacer, según señalan las asociaciones vecinales, que recogen quejas casi todas las semanas.

"En la avenida de San José, a la altura de la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, no pueden cruzarse una silla de ruedas y un carrito de bebé, no caben", señala Juan Carlos Crespo, vocal de la asociación de vecinos del barrio de San José. Esta zona reúne una gran cantidad de calles que necesitan arreglos como Ventura Rodríguez o Francisco Pradilla. "No solo hay que mejorar las aceras, sino las infraestructuras. Nos parece bien el modelo de plataforma única para garantizar la accesibilidad", comenta Crespo, al mismo tiempo que añade que algunas calzadas ocupan el 70% y no hay espacio para peatones. "La acera es para todos los ciudadanos y define el modelo de la ciudad", afirma.

Las asociaciones vecinales denuncian el mal estado de las aceras

Por su parte, Nieves Boj, presidenta de la asociación vecinal de Las Fuentes, explica que aunque "lo peor del barrio" ya se ha arreglado, todavía queda por hacer. Ahora hay que transitar con la mirada en el suelo cerca de zonas verdes, como las inmediaciones del parque Torreramona, ya que las raíces de los árboles están levantando las baldosas y generan algún que otro traspiés. "A ver si nos tocan varios arreglos al barrio, aunque tenemos dudas de que se cumplan los presupuestos", indica la presidenta.

"Tres postes en 50 metros"

Mientras que en Valdefierro el problema es otro: la amplitud de las vías. "Son calles de 1973, muy estrechas y con postes", lamenta Iluminada López de la asociación de vecinos Aldebarán. Su principal reivindicación es desde hace años la mejora de la calle de Altair. Allí, debido al poco espacio que hay en la acera, los vecinos se ven obligados a caminar por la calzada: "En 50 metros podemos ver tres postes seguidos". "Nos sentimos un poco olvidados, porque en el barrio solo se han arreglado Federico Ozanam y Obispo Peralta", subraya López.

No obstante, la lista de calles donde haría falta más de un retoque se reparten por todos los barrios de la ciudad y ni las más céntricas se libran de ello. La transitada calle de San Miguel, que soporta el paso de cientos de personas diariamente, luce desde hace días cintas pegadas en el suelo para advertir a los viandantes donde no han de pisar. A unos metros de distancia de esta vía, la plaza de los Sitios presenta adoquines fuera de su sitio –hecho que ya ha sido denunciado por la junta municipal del Centro– y a su vez en el entorno de Santa Engracia, unas vallas señalan la elevación de la acera por las raíces de los árboles.

"Nuestras aceras son muy mejorables. Su mala conservación provoca caídas, los bordillos no rebajados y los pasos no adaptados impiden la accesibilidad y, en muchos casos, hay aparcamientos de motos y bicicletas que dificultan el paso", describe Fernando Navarro, presidente de Acera Peatonal. Según esta asociación el 50% de los desplazamientos en la ciudad son a pie y, sin embargo, los zaragozanos coinciden en suspender el estado de conservación de las vías.

Una operación baldosa a medias

Es cierto que ZEC anunció a bombo y platillo en 2016 una ambiciosa ‘operación baldosa’ a la que quería destinar hasta 4,5 millones. Sin embargo, su intención de hacer los trabajos con empresas de economía social topó con el Tribunal de Contratos y tumbó la operación porque limitaba la libre concurrencia. Así, los trabajos que se han hecho han sido exiguos y muchos de ellos –además– han surgido de peticiones vecinales en los presupuestos participativos, cuando la oposición critica que debería ser gasto ordinario con la partida de conversación de viales. Esta semana trascendieron los resultados de los presupuestos participativos de 2018 y los barrios, de nuevo, han repetido este tipo de peticiones. En concreto, hay reservados 250.000 euros para la acera de los impares de la avenida de Navarra y otros 108.000 para adecentar la calle de Bruno Solano. También se hará un rebaje de bordillo en la calle de Bonn (12.000 euros), se reservan 40.000 para los viandantes de Hernán Cortés y se arreglará el camino central de la calle de Bielsa (85.000).

Al detalle

Zaragoza cuenta con unos 4.800.000 metros cuadrados de aceras y las baldosas rotas (junto con los problemas de alumbrado) protagonizan la mayoría de las quejas que los zaragozanos introducen en el buzón municipal. Las brigadas de Conservación reparan anualmente más de 8.000 metros cuadrados de embaldosados, pero siguen sin dar abasto para arreglar tanto bache, agujero y baldosín levantado. Últimas actuaciones. En los últimos meses se han renovado las aceras de la avenida de Santa Isabel (por una inversión de Fomento) y se han mejorado los viales de Antonio Leyva y la avenida de Cataluña con reformas integrales. Las reformas pendientes. Las avenidas de Navarra, de Valencia o de San José llevan lustros clamando por arreglos tanto en sus calzadas como en sus aceras. El fin de los adoquines. La tendencia es sustituir los adoquines en las calles peatonales por cemento coloreado. Así ha sucedido ya en Palomeque, Estébanes, Cinco de Marzo, Ossau o Casta Álvarez. Los presupuestos participativos. Muchas de las propuestas vecinales exigen invertir en la mejora de aceras (lo que debía ser un gasto ordinario). Este 2018 hay solicitudes para actuar en las calles de Bielsa, Bruno Solano o Hernán Cortés y en las plazas de San Francisco y de la Magdalena, entre otras.

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