El Ayuntamiento de Zaragoza sigue acumulando reclamaciones de ciudadanos que consideran injusto liquidar el impuesto de la plusvalía. Según fuentes del Área de Economía, desde marzo de 2017 el Consistorio zaragozano ha recibido 3.398 recursos ante recibos que suman 26,1 millones de euros, una cifra récord que evidencia la magnitud del problema al que se enfrentan las arcas municipales.

Este controvertido tributo es un impuesto directo que cobran los ayuntamientos por la transmisión de un inmueble (compraventas, herencias, donaciones...). Para calcular la cuota se utiliza el valor catastral del suelo y se tienen en cuenta los años de tenencia del bien, dado que teóricamente quiere gravar la revalorización de una propiedad.

Con la revisión catastral de 2013, los recibos de plusvalía se dispararon hasta niveles estratosféricos en pleno desplome de los precios de la vivienda. Esto provocó un aluvión de impugnaciones ante los ayuntamientos y en los tribunales, hasta que en 2017 el Constitucional declaró nulo cobrar la plusvalía cuando se constatase que no había aumento de valor del inmueble.

En este contexto y sin que se haya producido una adaptación legislativa de la sentencia del Constitucional, se han multiplicado los recursos y sobre todo su cuantía: en diciembre, las reclamaciones ascendían a 14 millones de euros y ahora son 26,1, lo que ha disparado la preocupación del Ayuntamiento, que exige que el Estado atienda el agujero económico que se puede producir.

De momento, existe un acuerdo entre el Ministerio de Hacienda y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que determina que las ventas a pérdidas de los inmuebles no tributen plusvalía, pero esta decisión se aplicará solo desde el 15 de junio de 2017.

Fuentes municipales explicaron que se han producido 237 sentencias judiciales, de las que 155 le han dado la razón a los ciudadanos que consideraban que el Consistorio le había cobrado de más. Por contra, 82 fallos atendieron los argumentos del Ayuntamiento. Además, se han computado 29 apelaciones, hay 14 sentencias suspendidas y existen 131 recursos contencioso administrativos pendientes.

Al margen de los procesos judiciales, una de las decisiones que adoptó el Ayuntamiento fue admitir las liquidaciones a cero, es decir, sin cobrar ni un solo euro por el impuesto cuando el contribuyente considere que hay ‘minusvalía’. Esto no significa que no vaya a abonar el tributo, sino que se deja en suspenso el cobro hasta que se aclare la legislación y los criterios para verificar la pérdida de valor. En total, se han presentado 2.049 liquidaciones con cuota cero. Por otro lado, desde marzo de 2017 el Consistorio ha suspendido de oficio el pago de 49 recibos de la plusvalía, por valor de 671.126 euros.

Descenso de los ingresos

En este contexto, al que se suma el incremento de las bonificaciones aprobado por los grupos políticos en los tres últimos años, se ha producido un descenso de la recaudación, aunque no tan acusado como era de prever. En los seis primeros meses de 2018 el Ayuntamiento de Zaragoza ha recaudado 28,5 millones de euros, frente a los 31,6 del mismo periodo del año pasado. Esto supone una caída del 9,8%.

Aunque la cifra sigue siendo muy alta, se confirma el proceso de reducción de los ingresos por plusvalía que ya se registró en 2017, cuando este impuesto supuso 67,6 millones de euros, un 10% menos que en 2016. Ese año se batieron todos los récords de recaudación de este polémico tributo (75,8 millones).

De este modo se completó un ciclo de cinco años en que el dinero que generaba la plusvalía al Ayuntamiento de Zaragoza se multiplicó por tres. En 2012, el año previo a la revisión catastral, los ingresos municipales por este tributo fueron de 24,4 millones de euros. En 2013, la recaudación se disparó hasta los 48,7 millones, cifra que no dejó de aumentar hasta 2017. En 2014, se computaron 58,4 millones de euros por este impuesto, cantidad que se incrementó en 2015 hasta los 70,7 millones.

6,5 millones en bonificaciones

Una de las medidas que ha adoptado el Ayuntamiento de Zaragoza ante el desorbitado incremento que ha experimentado la plusvalía en los últimos años ha sido elevar las bonificaciones en el caso de la herencia de una vivienda habitual o negocio. Esto se ha traducido en una merma de la recaudación, que en los seis primeros meses ha supuesto 6,5 millones de euros por un total de 5.140 declaraciones.

La cuantía está en la línea de la registrada el año pasado, cuando el Ayuntamiento de Zaragoza bonificó 12,3 millones de euros (se beneficiaron 9.426 personas). El dato significa que un 45% de quienes heredaron una vivienda habitual o negocio lograron alguna reducción. Hay que tener en cuenta que los contribuyentes pueden acceder a descuentos del 95% del recibo de la plusvalía si el valor catastral del suelo es inferior a 150.000 euros.

Este año se han mejorado estos descuentos respecto a 2017, cuando la rebaja del 95% solo se aplicaba cuando el bien heredado tenía un valor de 100.000 euros (entre 100.000 y 150.000 euros las bonificaciones eran del 50%). Las bonificaciones no se aplican a compraventas o donaciones. No obstante, los descuentos en ningún caso han logrado compensar el aumento de la recaudación que se ha producido con la revisión catastral, que sigue siendo casi tres veces superior a la de 2012.