ZEC destina 18.000 € a estudiar los efectos del azud sobre el río

Se analizará el lecho del cauce antes de tomar decisiones sobre la infraestructura.

Hace seis meses hubo que intervenir en el azud para arreglar una compuerta averiada.
ZEC destina 18.000 € a estudiar los efectos del azud sobre el río
MESTRE

El Ayuntamiento de Zaragoza acaba de sacar a concurso un contrato menor para hacer una batimetría en el Ebro en el entorno del azud de Vadorrey. La intención municipal es analizar la profundidad del cauce del llamado canal de navegación –por el que antaño pasaban los catamaranes– y obtener datos objetivos para conocer los efectos y favorecer posteriormente la toma de decisiones sobre tan controvertida infraestructura.

El contrato, presupuestado en 18.029 euros y para el que se pueden presentar ofertas hasta el 2 de junio, es para un análisis «rutinario, que se lleva a cabo todos los años por responsabilidad», explican fuentes del área de Medio Ambiente. Estos estudios acostumbraban a hacerse de forma previa a los dragados para garantizar el turismo fluvial, pero desde hace un tiempo se limitan a «una topografía del lecho del cauce» para «comparar la sedimentación y la erosión». Esta será la primera de las batimetrías que se hagan después de la rotura el pasado verano de una de las compuertas del azud, lo que reavivó el debate sobre la conveniencia de la infraestructura estrenada en 2008 y que costó 25 millones de euros.

Los trabajos para medir la profundidad del río serán «inocuos» y no implicarán que se tengan que meter voluminosas máquinas en el río, como sucedió por última vez en la primavera de 2015 cuando sí se dragó –para facilitar el paso de las lanchas de salvamento– y se ‘recolocaron’ 900 metros cúbicos de piedras. El Ayuntamiento, tras el eliminar la navegación fluvial, se plantea el análisis del futuro del azud –que genera una lámina de agua estable que favorece los usos lúdicos de navegación– y los efectos de esta "infraestructura transversal en la evolución de la dinámica del río".

El pasado 7 de julio la concejal Teresa Artigas convocó una mesa de expertos –con la Universidad, la CHE, el CSIC, el Inaga...–, que concluyó que no contaba con información suficiente para avalar ninguna decisión, dado que no se había hecho en los últimos diez años "el seguimiento requerido" de las instalaciones. Las opiniones sobre el uso del azud están más que enfrentadas: mientras que los colectivos de deportistas y algunas asociaciones de vecinos lo consideran imprescindible, los grupos ecologistas denunciar que estas intervenciones dañan y alteran la geomorfología del río y sus ecosistemas.

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