"Parece un teatro romano, Carlos"

Cuando tenía apenas 14 años de edad, allá por 1972, el músico aragonés Jaime González Lóbez le dijo a su hermano Carlos, entonces periodista de HERALDO, que lo que había en el gran solar de la zaragozana calle Verónica le recordaba a los teatros de los tebeos de Astérix. Carlos reaccionó, investigó y publicó. El resto es historia.

Formación habitual del grupo Almagato. Jaime González (sujeta una guitarra, con gafas y barba) es el segundo por la izquierda.
Formación habitual del grupo Almagato. Jaime González (sujeta una guitarra, con gafas y barba) es el segundo por la izquierda.

El músico Jaime González (Almagato, Amankay) levantó una inmensa liebre allá por 1972. No es cuestión cinegética, sino arqueológica; en el transcurso de un periodo de absentismo escolar -una pirola matutina en toda la regla-, aquél adolescente de 14 años no llegó esa mañana al colegio de los Maristas; en medio del paseo y acompañado por varios colegas, se subió a la tapia que rodeaba el solar de la calle Verónica, propiedad de la Caja de Ahorros; allí creyó ver en la forma semicircular de su planta y en la disposición de varias piedras que emergían del suelo la forma reconocible de un teatro romano. Si bien era aficionado precoz al arte, Jaime confiesa que la idea le vino de ‘Astérix’. “En esos tebeos se aprendía mucho, se sigue aprendiendo mucho”, apunta.

Ese mediodía, mientras comía con su familia, soltó en voz alta la idea que su hermano Carlos, redactor de HERALDO, recogió con interés. “Explícame más, chaval”, le dijo. Esa misma tarde, Carlos se fue para la zona a echar una ojeada, y habló con un vecino que ya albergaba sospechas al respecto de la naturaleza singular de aquél solar. Luis Mompel hizo las fotos y la dupla llegó a la redacción con la historia.

Hipótesis y conclusiones

Juan Domínguez Lasierra, jefe de la sección de Cultura durante muchos años, abrazó el asunto con entusiasmo y HERALDO se hizo eco de toda esta teoría en la portada del 30 de abril de 1972, con el titular enmarcado por interrogaciones: ‘¿El teatro romano de Cesaraugusta?’. En la ampliación de la página 9, reforzada con una imagen y el diagrama correspondiente al esquema clásico de teatro romano diseñado por Marco Vitrubio, González argumentaba la hipótesis. “Lo recuerdo perfectamente -corrobora Domínguez- Carlos lanzó la idea y enseguida llamó mucho la atención; habíamos sido compañeros de aulas, por cierto. Creo recordar que un vecino ya había comentado algo, pero el primero en escribir sobre ello fue Carlos. Dos días después publiqué un artículo que confirmaba la naturaleza de las ruinas, apoyado en opiniones expertas y voces oficiales de la ciudad como Antonio Beltrán, Guillermo Fatás, Manuel Martín Bueno, Mariano Horno o José Joaquín Sancho Dronda”.

Jaime publicó hace tres días en redes sociales la anécdota y prologó su texto con varias frases jocosas -serias, pero jocosas- entre las que destaca una: “El hallazgo me lo deben a mí, así como suena, aunque fuera el resultado de una serie concatenada de casualidades”. El relato publicado en internet, con un formato de enumeración encabezada por condicionales, causó honda impresión entre sus familiares y allegados. “Yo normalmente comía en casa de mis tías, pero ese día estaba con mis padres y hermanos, así que lo conté y el olfato periodístico de mi hermano hizo el resto. Su artículo está en el Museo del Foro. Sé que a Carlos le gratificaron por su exclusiva”.

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