Multiculturalidad y ambiente 'vintage' en una calle de armas tomar

Fue una de las primeras vías creadas fuera de la muralla y, en la actualidad, se ha convertido en uno de los focos artísticos más reconocidos de la ciudad.

Las obras van a afectar, entre otras, a la calle de Las Armas.
Más imágenes de la calle de Las Armas
Oliver Duch

Una mezquita, un palacete del siglo XV convertido en escuela de música moderna, un centro cultural, una casa regional, unos solares reconvertidos en espacios públicos, un mercadillo de segunda mano o unas paredes con arte urbano solo pueden convivir en una calle: Las Armas. Una vía que debe su nombre a los armeros que siglos atrás  se instalaron allí para fabricar cuchillos, espadas o navajas, entre otros  utensilios, y cuyo prestigio llegó a ser internacional. En el epicentro del barrio de San Pablo –el cual cuenta más de un centenar de nacionalidades– se encuentra esta calle, donde se mezclan vecinos de los de antes con visitantes atraídos por las numerosas actividades que se llevan a cabo en el espacio cultural de la plaza Mariano de Cavia, que para disfrute de unos y disgusto de otros, la ha situado en el mapa cultural de la ciudad.

En el número 32 de la calle se encuentra una vivienda palaciega de la alta burguesía, datada de finales del siglo XV o principios del XVI. Hoy,  esta edificación alberga la Escuela Municipal de Música y Danza, pero en sus cientos de años en pie ha tenido ‘mil y un’ usos. "Se cree que fue propiedad de la nobleza hasta mediados del siglo XIX que fue cuando pasó a manos del Estado como bien desamortizado. También tiene pinturas napoleónicas por lo que pudo ser cuartel general de las tropas francesas durante los sitios de Zaragoza e incluso almacén del Mercado Central", relata el actual director de la escuela, Chema Peralta. Desde el año 2001, es el lugar donde se forman 280 virtuosos del bajo y guitarra eléctrica, batería y teclados. Peralta trabajó codo con codo con los arquitectos que lo restauraron en 1998, adecuándolo a su actual uso. "Estaba a punto de hundirse", subraya. A pesar de su estado, se pudo conservar gran parte del alfarje de la planta noble, una techumbre de madera plana policromada en la que, según los historiadores, trabajaron los mismos alarifes del Palacio de los Reyes Católicos de la Aljafería, Farag y Mahoma Gali. La salvación de este edificio estaba dentro del proyecto de dinamización del Casco Histórico.

Mercadillos y conciertos

Pero, sin duda, Las Armas es conocida por su ambiente cultural, que emana del centro ubicado a mitad de esta recta, en la plaza de Mariano de Cavia. Mercadillos de segunda mano, comida ‘gourmet’ o artesanía; festival de ‘foodtrucks’ y conciertos de artistas nacionales e internacionales marcan las agendas de los zaragozanos los fines de semana. Uno de los objetivos de los gestores es atraer a gente de otras partes de la ciudad. "Queremos que se pierdan un poco el miedo y los prejuicios a la zona y parece que lo estamos consiguiendo", explica Sergio Vinadé, gerente del centro, pero al mismo tiempo buscan "integrar al barrio y promocionarlo". En este lugar también se imparten clases de idiomas, teatro o danza.

Sin embargo, la Asociación de Vecinos Lanuza Casco Viejo considera que hay "una saturación de actividades" que afecta directamente "al descanso de los vecinos", según especifica el presidente de la misma, Eddy Castro, que añade que "es una de las calles más importantes del barrio". Uno de sus vecinos más conocidos fue Pedro Díaz, el Baulero, que tuvo su taller en el nº 89, y que era un gran aficionado a los toros, tanto que paseaba por la ciudad con su bicicleta toreando a los coches y saludando a los guardias. En esta calle también se rodó el corto de Paula Ortiz 'Fotos de familia' (2005).

Por otro lado, esta vía, también conocida como la calle de la Música, fue una de las elegidas por el festival Asalto, lo que hizo que sus murales se convirtieran en lienzos donde numerosos artistas plasmaron su arte. Uno de los más llamativos es el bosque del francés Popay en el solar del Circo Social, en los números 79-85. No fue casual la elección de esa pared, ya que forma parte de los solares reconvertidos en lugares públicos por la iniciativa ‘estonoesunsolar’ por la que la calle también cuenta con un huerto comunitario. "Queríamos que se hicieran espacios abiertos para que los pudieran disfrutar los vecinos, sobre todo para los niños, que tienen poco espacio en el Casco", comenta Javier Rodríguez, miembro de la agrupación de vecinos.

Negocios históricos

Esta calle fue también donde nacieron algunos de los comercios más importantes de la ciudad. En 1902, Antonio Rébola, bisabuelo de los actuales propietarios de Panishop, decidió montar una panadería en esta vía. No obstante, no fue el único. Calzados Callizo también tuvo sus orígenes en esta calle del barrio de San Pablo. En 1895, Manuel Callizo y Segunda Ramos fundaron allí un taller de alpargatas. "La tipología de los edificios es: negocio abajo, vivienda del propietario arriba y pisos superiores para trabajadores", detalla Rodríguez, que ha vivido en el barrio toda su vida. "Son casas estrechas y profundas", añade. Poco podían imaginar los dueños de aquellos negocios que un siglo después en esta calle se instalaría una de las mezquitas más grandes de la ciudad, en el nº 30, y a la que acuden a diario cientos de musulmanes.

Los vecinos de San Pablo, a lápiz

En 2011, el artista Steve Gibson colocó una cámara  y un botón en la puerta de su local, en la plaza Mariano de Cavia, e invitó a todo aquel que pasara a retratarse. El proyecto ‘Las Armas 300’, que durará hasta 2021, ha hecho que entre 200 y 400 personas al mes posen delante de su objetivo, aunque solo tres son dibujadas a tamaño real. "Quería tener contacto con los vecinos y he conocido a gente que de otra manera no lo hubiera hecho", comenta Gibson. Los propios protagonistas son los que acuden a contarle sus experiencias.

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