Rivarés reestructura Zaragoza Cultural por decreto y con el rechazo de los trabajadores

Los cambios suponen mejoras salariales para algunos empleados que la oposición considera "afines" al gobierno.

El concejal de Cultura del Ayuntamiento, Fernando Rivarés.
El concejal de Cultura del Ayuntamiento, Fernando Rivarés.

El concejal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, ejecutó el martes su polémica reestructuración de la sociedad Zaragoza Cultural. Lo hizo vía decreto, con la oposición de la mayoría de los trabajadores y con la asignación de nuevas jefaturas sin concurso interno, como se comprometió a hacer. Además, los cambios suponen varios incrementos salariales, algunos de los cuales se asignan a personas que la oposición considera "afines" al gobierno de ZEC. Tanto Rivarés como los beneficiados, en cambio, han defendido que con estos cambios se adecuan los puestos de estas personas al trabajo efectivo que realizan.

Con la reorganización, se nombra "con carácter provisional" a las personas que van a ostentar dos nuevas jefaturas, las de Planificación y Gestión Cultural y la de Producción Técnica y Equipamientos. En el acuerdo se establece que la provisión definitiva de estos puestos debe salir a concurso en menos de dos meses. En vez de hacerlo de entrada, Rivarés ha optado por adjudicar los puestos a dedo en un primer momento, con las subidas salariales que ello conlleva. En total, hay cinco incrementos salariales, algunos para personas que PP y PSOE han situado en diversas comisiones y plenos como militantes o del entorno de ZEC.

El decreto de Rivarés también incluye el nombramiento de Miguel Ángel Tapia como director artístico del Auditorio, después de que el mes pasado quedara desierto porque ninguno de los cuatro candidatos finalistas reunía "todas las condiciones que este puesto requiere", según resolvió el jurado.

La reestructuración de Zaragoza Cultural incluye una unidad jurídica, una de programación, una de planificación, una de comunicación, una de medios audiovisuales y otra de producción técnica. El gobierno defiende que se trata de una estructura "más transversal" para trabajar "mejor", bajo la tutela de Saúl Esclarín, el número 2 de Rivarés en Cultura, que ha sustituido a Elena Laseca. La anterior gerente fue cesada por las discrepancias que mostró, precisamente, sobre la reestructuración de la sociedad que planeaba el concejal de Cultura.

Los propios trabajadores de la sociedad también mostraron su disconformidad. Los cambios fueron rechazados por UGT, mayoritario en Zaragoza Cultural, aunque apoyados por CC. OO. El 28 de marzo la plantilla votó estas modificaciones, y el resultado fue contundente: 21 personas votaron en contra y solo 6 a favor.

Se aprobó un informe en el que se afirma que con la reorganización "no se establece una propuesta de gestión de futuro flexible y coherente", sino que se hacen unos cambios "puntuales a corto plazo para lo que resta de legislatura", y que desde su punto de vista "beneficia a unos pocos", "sin dejar la puerta abierta para la posible mejora del resto de la plantilla". De igual modo, se critica abiertamente la creación de la jefatura de Programación, y el hecho de que no se amplíen otras áreas de la sociedad.

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