Once asaltos violentos en salones de juego de Zaragoza llevan al clan de los machetes al banquillo

La Policía detuvo a dos hermanos por once atracos en locales de tragaperras y bingos de la capital aragonesa, a los que accedían siempre con el rostro cubiertos y tomando precauciones.

Imagen de archivo de unas máquinas tragaperras.
La Policía detuvo a los hermanos durante la operación Avance, como se bautizó al dispositivo por la fijación de los sospechosos en los locales de tragaperras.
Heraldo.es

Una oleada de asaltos machete en mano a casi una docena de salones recreativos y bingos de la capital aragonesa llevó a la detención de los hermanos Óscar y Joaquín G. G. en octubre de 2017. La Operación Avance, nombre que le puso la Policía por la especial fijación de estos jóvenes en los locales de tragaperras, dio un respiro al sector, especialmente preocupado por la violencia con la que se empleaban los asaltantes. Ahora, los presuntos autores de esta cadena de atracos se enfrentan a penas que podrían hacerles pasar una larga temporada en prisión. De hecho, solo por uno de estos asaltos la Fiscalía pidió este viernes cinco años de cárcel para Óscar G. G. Pero tanto él como su hermano volverán a finales de mes al banquillo por otro de los golpes, por el que solicitan para cada uno de ellos otros cinco años. Y así hasta once juicios.

En el robo perpetrado en un salón recreativo ubicado en el número 63 de la avenida de Tenor Fleta el 6 de octubre de 2017 –por el que se celebró este viernes la primera vista– el botín fue de poco más de mil euros. De hecho, se calcula en unos 30.000 la cantidad obtenida por toda la oleada de asaltos. Como en el resto de locales, los ladrones accedieron a este establecimiento armados con cuchillos y con el rostro cubierto. De ahí que este viernes la cajera a la que forzaron a abrir la caja no consiguiera identificar al único acusado.

El sospechoso, al que asiste el letrado Óscar Espinosa, negó ser el autor del atraco y aseguró que a la hora en que se perpetró él estaba volviendo a casa en el autobús de la empresa en la que trabaja. Sin embargo, la Policía solicitó información a las compañías telefónicas y logró posicionar el móvil del encausado en el lugar y a la hora en que se produjo el robo. Ante la incomparecencia de varios testigos de la Fiscalía, el juicio tuvo que aplazarse y no pudo quedar visto para sentencia.

Las investigaciones que permitieron arrestar a estos hermanos se iniciaron en septiembre de 2017 al saber que dos personas de idénticas características estaban asaltando salones recreativos de Zaragoza. De la resolución del caso se encargó el Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Aragón, con el que colaboraron funcionarios de la comisaría del distrito Centro.

Los detenidos cometían siempre los asaltos con el rostro totalmente cubierto, usaban guantes y tenían estudiados los lugares donde iban a actuar, efectuando previamente labores de vigilancia tanto en el exterior como en su interior para controlar horarios y cámaras de seguridad

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