Un documental repasa la evolución de San José a través de la figura de Teodoro Sánchez Punter

La Asociación de Vecinos de San José le ha pedido a los residentes del barrio zaragozano que buceen en sus baúles de los recuerdos. El objetivo no es otro que encontrar fotografías o documentos que acerquen a nuestros días la figura de Teodoro Sánchez Punter, cura obrero y responsable de la parroquia de San Agustín. La Junta Municipal de San José le solicitó al colectivo vecinal que realizara un documental sobre él para celebrar el 20 aniversario de la inauguración del centro cívico del barrio que lleva su nombre.

El objetivo es hacer un recorrido histórico, social y cultural por San José, desde la década de 1960 hasta la actualidad, con Teodoro Sánchez Punter como eje conductor gracias a los testimonios de las personas que le conocieron. En septiembre de 2017 comenzó el proceso de elaboración del documental. Diego Navarro, miembro de la asociación vecinal, ha estado detrás del guion y de la tarea de producción, algo que “no ha sido sencillo”, reconoce, porque “como el tiempo es limitado, no podemos grabar a todas las personas que queremos y hemos tenido trabajar en una buena selección”.

La grabaciones empezaron en marzo de 2018 y en ellas, además de la vida de Sánchez Punter, se ha tratado de mostrar una visión completa del centro cívico: sus características, su actividad, su personal y su origen, ya que surgió a raíz “de una lucha vecinal del barrio que encabezó Teodoro”, recuerda Navarro. El párroco de San Agustín, aunque en la sombra, siempre estuvo detrás de los grandes movimientos de San José. Tras su muerte en 1995,  la asociación de vecinos organizó unas jornadas en su recuerdo y reivindicó su nombre para bautizar al centro cultural que se levanta en la plaza Mayor.

En el documental participan alrededor de 15 personas. No falta la familia de Teodoro ni todos los jóvenes de la parroquia de San Agustín  que compartieron con él sus luchas y su día a día. Sánchez Punter era miembro del colectivo vecinal, así que en la grabación también aparecen actuales integrantes de la asociación, para dar una visión de cómo fue avanzando el barrio gracias a la implicación del párroco. Por parte del centro cívico se podrá ver a los trabajadores y a su directora.

El grueso del documental (se titulará ‘Teodoro: una historia de barrio’) “ya está terminado”, tal y como avanza Navarro, y ahora “solo nos faltan las pinceladas”. A principios de junio está previsto hacer un acto institucional en el centro cívico al que se invitará a todos los concejales que han pasado por San José para el visionado de un primer tráiler, pero la pieza completa se presentará en septiembre en la celebración oficial de los 20 años de la inauguración del centro con todo el barrio como invitado.

La respuesta vecinal ante esta iniciativa “ha sido muy positiva”, valoran los promotores del documental, pero se han encontrado con el problema de que “en los años 60-70 apenas se hacían fotografías”. Se han rescatado de fechas importantes de la vida de Teodoro, como su Primera Comunión, y de su etapa infantil, que han sido aportadas por la familia, pero existe más vacío de su juventud y su época adulta. El colectivo vecinal mantiene abierta la búsqueda de imágenes, así que pide que se envíe a su sede (calle de Ventura Rodríguez, 12) o al correo electrónico accionsocial@avvsanjose.org cualquier recuerdo con el párroco de San Agustín o del barrio de San José de la década de los 60.

Con todos los testimonios que Navarro ha ido escuchando durante las grabaciones, resumiría la figura de Teodoro como “una persona luchadora, un hombre de barrio”. Se volcó en el apoyo de los derechos de la población obrera de San José “y peleó para que se hicieran colegios, institutos… Servicios que ahora nos parecen normales pero que antes faltaban”, apunta. Su figura supuso un antes y un después en el desarrollo del barrio y su familia dice que “es un orgullo que el centro cívico lleve su nombre y que se le dedique un documental”, aunque Navarro cuenta que sus parientes no saben si a Teodoro le hubiese gustado, porque “lo que menos tenía era afán de protagonismo”.