El colegio Jesús y María, el gran 'agujero' del Centro

Para muchos zaragozanos, no es más que un solar como otro cualquiera, detrás de un murete de separación que evita -en teoría- el acceso incontrolado a su interior. Sin embargo, un mirada a vista de pájaro revela uno de los mayores agujeros de la ciudad en pleno distrito Centro. Es el antiguo colegio de Jesús y María, que lleva veinte años cerrado y sin uso, y los terrenos aledaños, que suman en total algo más de 9.828 metros cuadrados.

La congregación de religiosas vendió el centro educativo con el cambio de siglo, y desde entonces se busca una solución urbanística. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) señala que se trata de un suelo privado destinado a equipamientos, ya sean de carácter deportivo, cultural, asistencial… Sin una modificación, que requeriría del acuerdo de los grupos políticos, queda descartada la construcción de viviendas.

El actual propietario del solar y del edificio abandonado es la promotora Wilcox, que ha intentado en varias ocasiones, sin éxito, la recalificación. A finales de 2007 la pidió para poder construir viviendas, a lo que los servicios técnicos de Urbanismo contestaron que no había argumentos que justificaran el cambio de usos. En paralelo, los propietarios iniciaron un proceso judicial contra el PGOU, pero los tribunales no les dieron la razón.

Ya en 2008, los dueños de la parcela añadieron a la posible recalificación un convenio con el Ayuntamiento, al que cederían parte del suelo para levantar viviendas públicas y para construir un equipamiento para el barrio. El expediente se preparó en julio de 2008 para que fuera sometido a votación.

Sin embargo, tal consulta no se llevó a cabo, hasta que en 2016 se retomó el expediente para volver a decir ‘no’ a la propuesta. El concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz, dijo entonces que los posibles usos del suelo “deben seguir siendo privados”, y que “la propiedad deberá estudiar qué hace con ellos”.

Mientras tanto, los vecinos claman por una solución. Carlos Terrer, presidente de la asociación vecinal Puerta del Carmen, recuerda que llevan casi dos décadas “intentando dar un uso a un edificio sin uso y en deterioro, y a unos terrenos donde crece la maleza, hay ratas y malas condiciones de salubridad”, pese a que "hace algunas tareas de mantenimiento". También advierte de que se han registrado incursiones ilegales en el edificio, que han obligado a actuar a la Policía.

“Sería importante darle vida para revitalizar la zona y el comercio de proximidad”, defiende el representante de los vecinos. A su juicio, la propuesta mixta es la idónea para desbloquear la situación. “Hay un proyecto para construir unas 150 viviendas y que a cambio el promotor entregue, en la misma parcela, un centro cívico para el barrio, que no tiene ninguno. Con este planteamiento todo el mundo saldría ganando”, apunta Terrer.