Los olvidados del Mercado Central

Los bares junto a las Murallas critican que el Ayuntamiento aún no les ha comunicado los veladores que van a tener. Los vecinos denuncian los ruidos y la rotura de baldosas.

Los veladores que suelen poblar la calle de las Murallas Romanas han desaparecido por completo.
Los olvidados del Mercado Central
José Miguel Marco

Menos de dos semanas lleva funcionando el Mercado Central provisional, y ya le llueven las críticas de vecinos y comerciantes de los alrededores por las molestias que genera. Evidente es la rotura de las baldosas entre la calle de Salduba y la plaza del Pilar, la zona de carga y descarga donde los camiones maniobran a primera hora de la mañana. Mientras, los propietarios de los bares del entorno de la lonja se sienten "olvidados" por el Ayuntamiento, que en noviembre les revocó el permiso para instalar veladores y a estas alturas, con el buen tiempo aquí, todavía no saben cuántas mesas van a poder sacar a la calle.

Pese al indiscutible trasiego de parroquianos que genera su cercanía, de momento las cafeterías se han quedado sin esas terrazas que con temperaturas agradables están a tope. El gerente de La Imperial, Eduardo Vicente, lamenta que el Ayuntamiento "ha tenido tiempo de sobra" desde que el pasado noviembre les revocó los permisos para estudiar el tema. A mediados de marzo, tal y como les indicó el Consistorio, presentaron la correspondiente solicitud pero están pendientes de la resolución. La Policía Local ya ha pasado a hacer las pertinentes mediciones. Ahora falta, según Vicente, que los Bomberos determinen la franja de seguridad alrededor de las instalaciones para que pueda circular un vehículo de emergencias.

"La reforma del Mercado Central había que acometerla, yo soy cliente de él y los detallistas de mi local. El problema es que los políticos se han centrado en poner en marcha los puestos y hacerse la foto y nosotros nos hemos convertido en ciudadanos de segunda", le reprocha al Consistorio el propietario de La Imperial. Normalmente dispone de 40 mesas, que pueden verse reducidas, en el mejor de los casos, a la mitad. La pasada Semana Santa perdió entre un 50% y 60% de facturación y no amplió la plantilla con una persona de refuerzo en cocina. De cara al verano no sabe si tendrá que contratar camareros extra.

La misma opinión comparte Elena Yang, propietaria de El Café del Mercado, en la calle de Las Murallas Romanas. Desde marzo suele sacar a la acera 18 mesas. "Hemos ido a preguntar al Ayuntamiento, pero nos dicen que de momento no saben nada y que faltan informes", explica. En la misma situación se encuentran otros negocios de esta vía como la taberna Gallagher o el bar La María.

Estos hosteleros cuentan que esta situación ya se ha cobrado su primera víctima, El Palacio Romano, que cerró sus puertas el pasado martes. El local vivía mucho de la terraza y, ante la imposibilidad de contar con ella –se encuentra justo enfrente de una de las rampas de acceso a la lonja–, su propietario decidió echar la llave.

Furgonetas desde las 6.00

Los vecinos denuncian los ruidos que provoca el paso de camiones y furgonetas desde las seis de la mañana y la rotura de baldosas en la calle de Salduba. "Ya hay más de 30 baldosines de la calle de Salduba completamente destrozados. Esta vía está soportando un tráfico de vehículos pesados que no estaba previsto y el pavimento está sufriendo las consecuencias. Estamos recibiendo bastantes quejas por los ruidos", se lamenta la presidenta de la Asociación de Vecinos de Conde Aranda, María Luisa Santafé. Además, a este tramo vial están llegando autobuses con turistas que se dirigen a hoteles de la zona y a los que el GPS guía por error por esta ruta. Los residentes también piden una mayor vigilancia durante las noches para evitar que la gente ensucie por los rincones. Ya ha aparecido una pintada en una de las fachadas blancas de la instalación.

El presidente de la Asociación de Detallistas del Mercado Central, José Carlos Gran, reconoce que el sonido provocado por los camiones y furgonetas y el manejo de la mercancía es "inevitable". El horario es el mismo que antes. "El movimiento empieza a las seis de la mañana. Es verdad que entre las seis y las diez se concentran el 70% de las descargas", especifica. Concreta que solo circulan dos camiones de 5.000 kilogramos, el del pescado y el de la carne que viene de Mercazaragoza, y el resto son furgonetas de 3.500 kilogramos. Plantea que los desperfectos en el pavimento "vienen ya de antes", ahora se han agravado y que es el Ayuntamiento el que tienen que tomar cartas en el asunto.

En cuanto a los malos olores, defiende que los detallistas están actuando con "sumo cuidado" y toda la basura se recoge en contenedores que están en el interior y se suelen sacar diez minutos antes de que pase el camión de recogida. "Hay dos recogidas diarias y se limpian cada vez que se vacían. Pero todos debemos ser conscientes de lo que es un mercado", concluye.

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