Confiesa que robó 500 euros del cepillo del Museo de Ciencias Naturales del Paraninfo

El delincuente será condenado a dos años de cárcel por colarse en la exposición cuando estaba cerrada al público y romper una urna de metacrilato para llevarse los donativos.

El acusado, durante el juicio celebrado este miércoles en la Audiencia de Zaragoza
El acusado, durante el juicio celebrado este miércoles en la Audiencia de Zaragoza
Oliver Duch

Dos años de prisión le va a costar a Juan Antonio Cruz López el haberse colado en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza para arramblar con los 500 euros en donativos que había en el cepillo del Museo de Ciencias Naturales, ubicado en la planta baja del popular edificio de la plaza de Basilio Paraíso. El delincuente, que arrastra tres sentencias firmes por robos similares, debía ser juzgado este miércoles en la Audiencia de Zaragoza, pero al reconocer los hechos y aceptar la pena que proponía la Fiscalía el juicio ni siquiera llegó a celebrarse.

Los hechos por los que ha sido condenado ahora el acusado se remontan al 27 de enero de 2017, fecha en la que, tras franquear las puertas del Paraninfo decidió bajar las escaleras e introducirse en el Museo de Ciencias Naturales, que a esa hora –las 10.40– estaba cerrado al público.

Parece que el hombre conocía bien el lugar, puesto que, tras conseguir colarse en el interior, se fue directo a por la urna de metacrilato que contenía los donativos que dejan los visitantes para financiar actividades culturales. Como explicaba el ministerio público en su escrito de calificación, los responsables de este espacio expositivo calculan que en ella había 500 euros, dinero con el que el ladrón se dio a la fuga.

Por tratarse de un delincuente reincidente -desde el año 2006 ha sido condenado a penas de cárcel en tres ocasiones, dos de ellas por asaltos con fuerza en casas habitadas o locales abiertos al público–, la Fiscalía pedía inicialmente 6 años de prisión. De hecho, ese era el motivo por el que la vista debía celebrarse en la Audiencia Provincial de Zaragoza y no en un juzgado de la Ciudad de la Justicia. Pero el reconocimiento de los hechos que le imputaban facilitó un acuerdo para rebajar la pena.

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