Los alcaldes socialistas de los barrios rurales se rebelan contra ZEC

Exigen que no se relegue a las juntas vecinales a la hora de decidir los proyectos de los presupuestos participativos, mientras que Giner cree que el planteamiento del PSOE "desvirtúa" el proceso.

Roberto Fernández y Mariano Blasco, este lunes en el Ayuntamiento de Zaragoza.
Roberto Fernández y Mariano Blasco, este lunes en el Ayuntamiento de Zaragoza.
Heraldo

Los alcaldes socialistas de los barrios rurales, que representan a 8 de las 14 juntas vecinales, están en pie de guerra contra la consejera de Participación, Elena Giner. El motivo es la puesta en marcha del proyecto de presupuestos participativos en las pedanías, que según sus regidores relega a las juntas y a las iniciativas con las que ganaron las elecciones. “Se está dejando a los barrios rurales a su suerte”, ha dicho este lunes el alcalde de Garrapinillos, Mariano Blasco, que ha comparecido junto al concejal del PSOE, Roberto Fernández.

Según Blasco, para que las juntas vecinales se pudieran involucrar en el proceso, se llegó a un acuerdo de 10 puntos con Giner que, entre otros aspectos, preveía establecer un porcentaje mínimo de participación, que se correspondería con la media en las elecciones de alcalde de barrio. Este porcentaje era del 30%. Pero después, siempre según su versión, Giner se echó atrás. Los socialistas han explicado que los dos alcaldes del PP y los dos independientes aceptan la propuesta, a la que solo se oponen los dos de ZEC.

Blasco, que ha subrayado el “malestar” e “inquietud” de la mayoría de los alcaldes, ha indicado que de no aceptar su planteamiento existiría el riesgo de que colectivos “organizados”, que solo representaran a porcentajes mínimos de los vecinos, impusieran propuestas que les beneficiaran en detrimento de reivindicaciones históricas de los barrios o de los programas electorales de los alcaldes.

“Queríamos encajar los dos procesos para que las juntas no quedaran deslegitimadas, que tenemos una visión más amplia, más allá de un determinado colectivo”, ha dicho Blasco, que indica que Giner exige votación “pura y dura” de los proyectos que superen la criba.

“En 2017 no llegó ni un euro a los barrios rurales para obras y equipamientos y en 2018 lo único que tenemos son los presupuestos participativos y están paralizados. La lucha para no ser barrios dormitorio se va a ver dificultada si no hay inversiones. Además, el convenio de la DPZ va a sufrir un retraso importante”, ha indicado Blasco. “En los distritos hay un presupuesto de obras y luego están los presupuestos participativos. Pero en los barrios rurales es nuestra única opción”, ha añadido.

Roberto Fernández ha recordado que los porcentajes de participación en los presupuestos participativos son mínimos, de alrededor de un 2%, y además en ultimo término los proyectos escogidos “los puede cambiar el gobierno”. Ha afirmado que quienes mejor conocer las necesidades de los barrios, por estar en contacto directo con los vecinos, son los alcaldes y ha exigido que se les tenga en cuenta. “Está en cuestión el principio de legitimidad”, ha criticado.

Además de anunciar que el PSOE presentará un paquete de propuestas para mejorar el procedimiento de los presupuestos participativos, ha advertido a ZEC que si impone su modelo en los barrios rurales habrá consecuencias. “Si no llega a un pacto con la mayor parte de los alcaldes, que no espere ningún acuerdo con nosotros en lo que queda de corporación”, ha dicho.

Los barrios rurales cuentan con un millón de euros para los presupuestos participativos, de los que 250.000 euros se reservan para este ejercicio y 750.000 para 2019. Blasco ha puesto en duda que estos fondos se vayan a ejecutar a la vista del retraso con el que va el proyecto.

Giner rechaza las críticas

La concejal de Participación, Elena Giner, ha defendido su planteamiento en los barrios rurales y ha rechazado que se hagan diferencias respecto al proceso que se sigue en los distritos. A su juicio, el PSOE “cuestiona el concepto de presupuestos participativos”. “Desde esta consejería no se puede admitir ninguna consideración que suponga que, en Zaragoza, haya ‘ciudadanía de primera y ciudadanía de segunda categoría”, ha dicho

Para Giner, fijar un mínimo de participación del 30% “supone desvirtuar el concepto básico de lo que es un presupuesto participativo”. “Es prioritario garantizar que el resultado de la votación final sea ejecutado y no, como parece que se pretende, que el proceso y sus votaciones carezcan de credibilidad”, ha declarado.

La edil se ha mostrado dispuesta al diálogo y a encontrar una “fórmula” con la que los alcaldes de barrio “se sientan cómodos”. Pero ha rechazado que las propuestas se dirijan “directamente” por la junta vecinal. Giner ha planteado la celebración de una reunión con todos los alcaldes de barrio con el objetivo de llegar a un acuerdo.

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