Condenada a cinco años de prisión por su "maldad extrema" al crear una falsa alerta de tuberculosis en el Servet

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a cinco años de prisión y seis de inhabilitación para el desempeño de su oficio a Pilar Vázquez Vela, la técnico de laboratorio que generó una falsa alarma por tuberculosis en el hospital Miguel Servet al manipular las muestras de 14 pacientes entre marzo y abril de 2016. Para el tribunal, la acusada actuó "guiada por el resentimiento y despecho", puesto que inoculó el virus en las muestras por el mero hecho de no aceptar su cambio de sección. Los magistrados de la Sección Sexta reprochan a la sanitaria su "maldad extrema" y recuerdan que se trata de hechos de "extraordinaria gravedad" que pusieron en riesgo de contagio a todas aquellas personas que trabajan habitualmente en este laboratorio.

La Fiscalía solicitaba inicialmente 19 años de prisión para la encausada. Sin embargo, tras escuchar a los testigos y los peritos durante el juicio, esta rebajó la petición de cárcel a 4 años y un mes. Por su parte, el Servicio Aragonés de Salud, que ejercía la acusación particular, propuso una pena de 5 años, ya que atribuía también a la técnico del Servet un delito de falsedad en documento público por intercambiar las etiquetas de las muestras de dos pacientes. Finalmente, el tribunal la ha condenado a dos años por el delito de riesgo y a otros tres por la falsedad.

La defensa, a cargo de la letrada Olga Oseira, insistió durante el juicio en que no existe ninguna prueba directa que acredite que su cliente contaminó las muestras para generar los 14 falsos positivos. Y la Audiencia Provincial ha tenido que darle la razón, pero asegura que "la prueba indiciaria es de suficiente entidad como para enervar su presunción de inocencia". En este sentido, el tribunal recuerda que solo había tres personas en el laboratorio capacitadas para contaminar las muestras y "solo ella (la acusada), y no alguna de las otras dos, reunía las condiciones para llevar a la Policía Nacional a la convicción de considerarla autora".

La alerta saltó en marzo de 2016

La ahora condenada trabajaba como técnico superior de laboratorio en el Servet desde enero de 2011, pero no fue hasta que le comunicaron el cambio de ubicación –de la Sección de Microbacterias a la Genito-Urinaria– cuando surgieron los problemas. El tribunal explica que la manipulación de las muestras por parte de Pilar Vázquez Vela se produjo en dos fechas distintas: el 4 de marzo y el 2 de abril de 2016. Según este, la acusada tomó las cepas de tuberculosis para que había enviado la Organización Mundial de la Salud (OMS) al Servet para el control de la enfermedad y las inoculó de forma intencionada en las muestras de 14 pacientes.

Cuando saltaron los primeros siete positivos, por el elevado e inusual número de casos, los responsables del centro sanitario pensaron que podía tratarse de una contaminación cruzada accidental. Sin embargo, como explicaron durante el juicio, se encargó un informe a la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza que constató que estas muestras habían sido contaminados de forma premeditada con las cepas de la bacteria que había remitido la ONS.

Los otros siete positivos y el hallazgo de la funda de una pipeta o cuentagotas sobre la máquina incubadora donde se cultivan las muestras hizo descartar definitivamente la contaminación accidental e inició una investigación que condujo a la ahora condenada. Los falsos positivos obligaron a poner en tratamiento a cinco personas –un paciente y cuatro familiares, incluidas dos niñas gemelas–, a las que ahora la técnico tendrá también que indemnizar con un total de 3.166 euros. La defensa va a recurrir el fallo.