Ratifican las penas por el robo de la estatua de Bécquer en Trasmoz

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha confirmado la condena de un año y medio de cárcel para el chatarrero que la sustrajo y de nueve meses para el que la compró a trozos.

La estatua de Bécquer troceada, así como el resto de piezas de bronce vendidas al chatarrero, fueron recuperadas por la Policía Foral de Navarra.
La estatua de Bécquer troceada, así como el resto de piezas de bronce vendidas al chatarrero, fueron recuperadas por la Policía Foral de Navarra.
Policía Foral

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha confirmado la condena de un año y medio de cárcel impuesta a Gregorio Alegría Pérez, el hombre que se llevó la estatua de bronce de Bécquer que guardaba el castillo de Trasmoz para trocearla y venderla como chatarra. El acusado sustrajo además otras piezas de bronce, tales como una placa colocada a la entrada del cementerio de Trasmoz, así como una esfera y un libro que formaban parte de la escultura de María Moliner en Novallas.

El tribunal ratifica también la condena de ocho meses de cárcel impuesta al chatarrero de Tudela Fernando Sesma Coloma por un delito de receptación, puesto que entiende que  fue él quien compró la estatua y el resto de piezas de bronce.

Como mantenían el ministerio público y la acusación particular, a cargo del abogado Santiago Palazón, Gregorio Alegría, defendido por la letrada Carmen Sánchez, se apoderó del busto del escritor -de 1,40 de altura y entre 200 y 300 kilos de peso- a una hora no determinada entre el 21 y el 22 de abril de 2014. El delito que atribuían al acusado era el de robo con fuerza, pero la juzgadora valoró que tanto la estatua como el resto de elementos de bronce se hallaban al aire libre, en espacios no protegidos, y que no forzaron ningún recinto para sustraerla.

Por estos mismos hechos fue juzgada Rosario M. C., que  acompañaba a Gregorio Alegría en la furgoneta en la que trasladaban varios trozos de la estatua del escritor y que fue interceptada por una patrulla de la Policía Foral de Navarra.  La mujer fue absuelta al estimar la juez que no había participado en el hurto ni en la posterior venta del cobre. 

Uno de los aspectos controvertidos de este caso fue quién debía ser recompensado por la sustracción de la obra, si el ayuntamiento de Trasmoz o el artista que la creó, Luis Ginés Martínez Remírez. La juez resolvió que la indemnización de 35.000 euros debía ser para el escultor puesto que nunca la llegó a donar al consistorio. Los 1.140 euros por los daños causados los deberá cobrar el Ayuntamiento. El precio que logró el chatarrero por la venta de la estatua y las otras piezas fue de 464 euros.

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