Los padres del bebé que sufrió quemaduras en una guardería piden la inhabilitación de la cuidadora

La Fiscalía solicita que sea condenada a 2.640 euros de multa por un delito de imprudencia grave. El niño tenía 14 meses cuando sufrió lesiones en piernas y glúteos tras estar un rato sentado en la zona de juegos.

Aspecto que presentaba la quemadura del gemelo derecho del niño cuatro meses después de producírsela.
Aspecto que presentaba la quemadura del gemelo derecho del niño cuatro meses después de producírsela.
Heraldo

La trabajadora de una guardería de Casetas será juzgada a principios de abril como presunta responsable de las graves quemaduras que sufrió en las piernas y en los glúteos un bebé que estaba bajo su cuidado en junio de 2016. El pequeño, que entonces tenía 14 meses y aún no andaba, permaneció sentado un tiempo en una superficie de baldosa en una terraza exterior, con toldo, con 38 grados de temperatura. Así lo mantienen tanto la Fiscalía como los padres del menor que presentaron una denuncia ante la Guardia Civil.

La Fiscalía acusa a la empleada de un delito de imprudencia grave y solicita una pena de 11 meses de multa (2.640 euros) y el pago de una indemnización de 2.880 euros por las lesiones causadas y 5.000 por las secuelas. Mientras, la acusación particular, ejercida por los padres del niño, eleva la petición de condena a 18 meses de multa (5.400 euros) y añaden una pena de inhabilitación para el ejercicio de su profesión por un periodo de cuatro años. En cuanto a la indemnización por las lesiones, la fijan en 11.148 euros.

Los hechos se produjeron el 23 de junio de hace dos años en el centro infantil Nuestra Señora de la Rosa de Casetas. El padre del menor lo dejó allí a las 15.00 en buen estado de salud y cuando lo recogió a las 17.15 tenía heridas en las pantorrillas, así como una importante deshidratación. Rápidamente lo llevó a la Clínica Montpellier, donde le diagnosticaron quemaduras de segundo grado en los gemelos de ambas piernas y en el glúteo izquierdo con pérdida de epidermis.

Desde esa fecha, el niño ha necesitado tratamiento médico con curas (lavado exhaustivo de las zonas quemadas y vendaje de ambas extremidades), antibióticos y analgésicos y controles sucesivos. Durante un año ha llevado una malla de comprensión en la pierna derecha.

La conclusión a la que llegaron los cirujanos plásticos y los médicos especialistas es que las quemaduras se las tuvo que producir al estar en contacto con una superficie muy caliente durante un largo periodo de tiempo. En opinión de los padres, la única causa posible para explicar su origen es que lo subieron a la terraza de la guardería y que, debido a las altas temperaturas que ese día se registraron en Zaragoza y a que las cuidadoras "se olvidaron de él", se quemó con las baldosas. Todas las lesiones graves se las hizo en la zona de contacto con la piel, ya que las que tenía bajo del pantalón corto eran de menor entidad. Los padres reprochan a la guardería que no les llamaran inmediatamente al ver las heridas ni que avisaran a los servicios médicos.

A 38 grados de temperatura

El fiscal recoge en su escrito de acusación provisional que el niño estaba bajo el cuidado de la acusada, María Pilar A. B., como educadora del centro, la cual tenía que atender esa tarde a otros tres niños. A los cuatro los trasladó al patio exterior de la segunda planta de la guardería, de unos 57 metros cuadrados, con pavimento de baldosa y un toldo fijo de plástico que cubre unos 25 metros cuadrados. Según el fiscal, la trabajadora "no adoptó las medidas de precaución y de atención necesarias para evitar exponer al menor a la superficie en que lo dejó sentado (hamaca y/o suelo) a altas temperaturas (38 grados)".

Por su parte, la defensa de la guardería y de la aseguradora Umas niega los hechos y pide la absolución. En su declaración ante el juez, la acusada negó haber desatendido al niño y dijo que permaneció en la hamaca "prácticamente todo el tiempo". "Mientras estuvo sentado no paró de llorar, como es habitual en él", añadió. Señaló que, en su opinión, se pudo hacer las lesiones al rozarse con la hamaca ya que solía mover la piernas de "forma constante" y ese día llegó a la guardería con esa zona "bastante enrojecida". Justificó que no llamó a los padres porque vieron las lesiones a las 16.50 y faltaban "10 minutos" para que fueran a recogerlo.

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