“O se hace algo pronto con la Harinera o se vendrá abajo”

Los vecinos de Casetas, representados por la plataforma Métete en Harina, vuelven a denunciar el estado del edificio.

Exterior de la Harinera de Casetas.
“O se hace algo pronto con la Harinera o se vendrá abajo”
Heraldo.es

Los vecinos de Casetas, representados por la plataforma Métete en Harina, vuelven a denunciar el estado del edificio y piden que se convierta en un espacio que cubra las necesidades de equipamientos que tiene el barrio.

El pasado 10 de noviembre cayeron los primeros cascotes de la fachada de la antigua Harinera de Casetas. Los desprendimientos han continuado y presagian, según la plataforma Métete en Harina, “el principio de su fin”. Este colectivo agrupa a los vecinos que tienen el sueño de conservar el edificio y convertirlo en un espacio de encuentro adaptado a las necesidades de equipamientos que tiene el barrio.

Mariano Pinós, portavoz de Métete en Harina, explica que “el Ayuntamiento ha impuesto ahora una sanción de oficio a la propiedad de la Harinera, que le obliga a restaurar la fachada y consolidar el interior”, pero el deseo del colectivo es que el Consistorio alcance un acuerdo con la entidad a la que pertenece para recuperarla como edificio para Casetas. Metete en Harina considera que ha llegado el momento de “tomar cartas definitivas en el asunto”, porque “si continúa el abandono, si por la cubierta se sigue filtrando agua, si la fachada no se protege de las inclemencias meteorológicas… O se hace algo pronto con la Harinera o se vendrá abajo”.

La fábrica como tal echó el cierre en 2006 y con la llegada de la burbuja inmobiliaria se compró con la intención de edificar viviendas. El edificio tiene un grado B de Protección de Interés Arquitectónico, lo que implica que la fachada siempre tendrá que ser respetada. Además, se trata de un Bien de Interés Cultural, lo que obliga a mantener también su interior. “Esto hace inviable que se construyan pisos, la fachada tiene unos grandes ventanales propios de una fábrica del siglo XX que hay que conservar”, subraya Pinós.

El edificio es el último referente visual del pasado histórico de Casetas. El portavoz de Métete en Harina recuerda el origen obrero del barrio: “Hay barrios en los que su seña de identidad es una plaza porticada o el paseo por el río, pero la nuestra  eran las fábricas obreras, y ya no quedan, por eso queremos conservar la Harinera”. Además, el barrio rural tiene una serie de carencias en equipamientos y los vecinos ven en el edificio “la oportunidad de ser la ‘caja de herramientas’ en la que se integren todos los servicios que creemos necesarios para evitar la degradación de Casetas”.

Actualmente residen en el barrio 7.480 habitantes. Casetas se ha convertido en el segundo distrito de la ciudad tras el Casco Histórico con más población inmigrante, lo que le lleva a demandar “una discriminación positiva para la integración de este colectivo social, pero andamos justos de servicios”, dice Pinós. Muchas parejas jóvenes nacidas en el barrio han cambiado su residencia a otros puntos de la ciudad y a los vecinos les gustaría “revertir esa tendencia, pero para eso la actividad tiene que llegar hasta aquí”.

Entre las ideas que tiene el vecindario para devolver a la vida a la Harinera se encuentra instalar en ella la Escuela de Música. “La música es un elemento integrador de primera magnitud y en este barrio hay alrededor de 400 personas practicando o aprendiendo, por lo que nos parece muy interesante que el edificio albergue la escuela”, señala el portavoz de Métete en Harina. Otra petición es trasladar a la antigua fábrica la actual Casa de Juventud, que está ubicada en un local de reducidas dimensiones que no cuenta con condiciones óptimas para desarrollar actividades.

Los vecinos apuestan por generar “una alternativa real para nuestros hijos y nietos al ocio en la calle, queremos potenciar la cultura”. También les gustaría promover en la Harinera “un ambiente de inquietud y aprendizaje” habilitando la parte superior como una sala de estudio con biblioteca y ordenadores. Pinós considera que esta es una opción para ayudar a reducir la tasa de abandono escolar y frenar una de las brechas de Casetas como la cifra de graduados universitarios que, según indica, “es cuatro veces inferior a la de Zaragoza capital”.

El barrio está inmerso en la preparación de unas jornadas sobre patrimonio industrial, que se realizarán el 7 y 8 de abril, y a las que están invitados los colectivos que integran la Harinera de San José para contar su experiencia. El edificio es un “referente de buena gestión” para los vecinos de Casetas, que aspiran a que su Harinera se convierta también en “un lugar para nosotros”.

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