La carpa para los detallistas del Mercado Central ya está acabada pero no se trasladarán hasta abril

Los vendedores piden entrar después de Semana Santa para aprovechar las ventas de esas fechas.

La carpa provisional, lista para recibir a los detallistas del Mercado Central
La carpa provisional, lista para recibir a los detallistas del Mercado Central
Daniel Marcos / Ayuntamiento

Tres meses y medio después del inicio de los trabajos de montaje, la carpa provisional que acogerá a los detallistas del Mercado Central durante su reforma ya está concluida. Así se lo ha comunicado el contratista al Ayuntamiento de Zaragoza, que estaría en disposición de recibir la obra. Sin embargo, y a petición de los propios vendedores, el traslado no se producirá hasta después de Semana Santa, para aprovechar las ventas de esta cita del calendario. En concreto, se barajan varias fechas de la segunda o tercera semana de abril.

"Necesitamos tres o cuatro días para hacer el traslado, así que la idea es cerrar un sábado y poder abrir en la carpa el miércoles o el jueves", explica José Carlos Gran, presidente de los detallistas del Mercado Central. Pese a que los trabajos de instalación ya han acabado, estima que "el Ayuntamiento necesita unos quince días para poner la carpa en marcha, lo que nos llevaría a las puertas de la Semana Santa y podría afectar a las ventas de esa época", comenta.

Desde el equipo de gobierno de ZEC aceptaron esta petición y retrasarán la apertura del nuevo recinto, cuya superficie alcanza los 1.542 metros cuadrados. Ahora solo queda ponerlo en marcha: activar los suministros de luz y gas, enfriar las cámaras frigoríficas, probar los saneamientos... "Tenemos muchas ganas de trasladarnos, pero no hay prisas, vamos a hacer las cosas bien", admitió Gran, que previsiblemente visitará las instalaciones la próxima semana con un grupo de vendedores para comprobar el que será su nuevo hogar hasta la reapertura del Mercado Central, en 2019.

Provisional y reutilizable

La gran carpa provisional levantada en la calle de Salduba en forma de L acogerá la actividad comercial de los detallistas durante un año, el tiempo previsto para la reforma del Mercado Central, aunque desde el área de Urbanismo son conscientes de que obras de este calado pueden acumular ciertos retrasos. Tendrá dos accesos: uno por la zona donde está la estatua de César Augusto y otra en la calle de Murallas Romanas, donde hoy en día hay terrazas de bares.

La gran estructura metálica se ha cerrado con paneles y yeso laminar para incluir bajo su techo, además de los 74 puestos distribuidos en tres pasillos, cámaras frigoríficas, oficinas, vestuarios, obradores... En total, ha tenido un coste para las arcas públicas de 1,4 millones, pero tras su desmontaje, se quedará en manos del Ayuntamiento, que ya estudia posibles usos a partir del año que viene.

Aunque todavía queda mucho tiempo, en el equipo de gobierno de ZEC valoran la opción de utilizar las instalaciones para abrir un nuevo mercado, en concreto en el este de la ciudad, donde no existe ninguna lonja pública de este tipo. La idea se encuadraría en la propuesta de creación de cinco mercados municipales en diez años que anunció el alcalde Pedro Santisteve, y se estudiaría en consenso con los comerciantes cercanos.

Sin experiencia

Por otro lado, el segundo proceso de adjudicación de puestos del Mercado Central afronta su recta final. El plazo de presentación de candidaturas acaba el próximo miércoles. La intención es cubrir las 28 plazas que quedaron vacantes en la primera oferta, para lo cual el Ayuntamiento ha rebajado las exigencias iniciales.

En concreto, en el anterior proceso los aspirantes debían acreditar que habían gestionado por cuenta propia o ajena una actividad comercial similar a la que concursaban durante un plazo mínimo de diez años, dentro de los veinte anteriores a la licitación. Una condición que ahora se elimina. Además, se abre a la posibilidad de ofertar cualquier tipo de producto para la ocupación de puestos vacantes. Eso sí, el Ayuntamiento advierte de que dará prioridad a los comerciantes de alimentos perecederos o a aquellos "usos tradicionales en mercados". Finalmente, se prevé una fianza de 2.000 euros para aquellos que presenten oferta y posteriormente renuncien al puesto.

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