¿Conoces la única calle cubierta de Zaragoza?

Puede usted vivir durante décadas en Zaragoza y siempre le quedará algo por descubrir: los vestigios de una civilización pasada, un palacete cuya existencia desconocía o, simplemente, una callejuela con unas características peculiares que la hacen única en la ciudad.

Eso ocurre con el callejón de Lucas, un perfecto desconocido para muchos vecinos de la capital aragonesa pese a ubicarse a escasos minutos a pie de la plaza del Pilar. Al cruzar el puente de Piedra y acceder por la calle Horno (primer giro hacia la izquierda cuando se transita por la calle Sobrarbe), se encuentra la que el Ayuntamiento considera "única vía cubierta de Zaragoza", conservada tal cual era durante Los Sitios.

Sí, el municipio tiene distintos pasajes y arcos, pero ninguno de ellos tiene la entidad necesaria como para aparecer en el callejero. Tampoco cuentan con las particularidades estéticas ni el encanto del callejón de Lucas, un pasadizo angosto y no especialmente alto, pero con vigas de madera a la vista. Conserva el cromatismo, el adoquinado y el alero típico de las viviendas rurales aragonesas del siglo XVIII. A través de él se accede a una manzana interior de de viviendas de ladrillo sin otra salida que esta peculiar callecita.

¿Y a quién debe su nombre? A Mariano Lucas Aced, más conocido como Tío Lucas, héroe relativamente desconocido durante la ocupación francesa. La asociación cultural Los Sitios de Zaragoza destaca de él que fue "un honrado y acomodado labrador del Arrabal e íntimo amigo del Tío Jorge".

El Tío Lucas "se destacó en la mañana del 24 de mayo, día del alzamiento de Zaragoza, al ser uno de los más exaltados. También fue uno de los que acudieron a buscar a Palafox a la Alfranca, ese mismo día por la tarde".

Lugarteniente del Tío Jorge, capitaneó a la muerte de éste la Compañía de Paisanos denominada Escopeteros del Rabal, por ser todos ellos residentes en el popular barrio del Arrabal. Los vecinos de la zona le rinden homenaje cada mes de febrero.

Unos metros más adelante en dirección San Juan de la Peña se encuentra, precisamente, la calle de Jorge Ibort, donde se encontraba la casa en la que vivió el Tío Jorge