La recaudación de la plusvalía cae por primera vez desde el catastrazo de 2013

Los ingresos del Ayuntamiento por el tributo bajan de 75,8 a 67,6 millones, pero superan en 2,6 millones lo presupuestado. El descenso llega tras las suspensiones de recibos y las nuevas bonificaciones.

Un edificio del Picarral que ha sido rehabilitado y dotado de ascensor con la ayuda de subvenciones.
La plusvalía se cobro al transmitirse un inmueble (por venta, herencia, donación...).
COAATZ

Después de cuatro años de aumento descontrolado de los ingresos por plusvalía, el pasado ejercicio fue el primero desde el catastrazo de 2013 en que se redujo la recaudación. Si en 2016 el Ayuntamiento de Zaragoza obtuvo la cifra récord de 75,8 millones de euros gracias a este polémico impuesto, 2017 cerró con 67,6 millones, una caída del 10% (8,2 millones). Pese a todo, se superaron en 2,6 millones las previsiones fijadas en el presupuesto (65 millones) y se alcanzó la tercera mayor recaudación por plusvalía de la historia municipal.

Este es un impuesto directo que cobran los ayuntamientos cuando se transmite un inmueble (compraventas, herencias, donaciones...). Para calcular la cuota, se utiliza el valor catastral del suelo y se tienen en cuenta los años de tenencia del bien, dado que el tributo teóricamente pretende gravar la revaloración de la propiedad. Desde que en 2013 entraron en vigor los nuevos valores catastrales, se disparó la recaudación: de los 24,4 millones de 2012 a los 75,8 de 2016. El proyecto de presupuesto de 2018 prevé unos ingresos de 58,5 millones.

El último informe mensual del servicio de Contabilidad del Ayuntamiento confirma la merma recaudatoria después de un año de profundos cambios en la gestión de este impuesto. Por un lado, en 2017 se ampliaron las bonificaciones a la plusvalía en las herencias de vivienda habitual, acordadas ante el desorbitado aumento de los recibos, que en muchos casos causaban graves quebrantos a las familias afectadas. Aumentaron los descuentos en función del valor catastral (los de menos de 100.000 euros lograban una rebaja del 95%, que se quedaban el 50% para los de 100.001 a 150.000 euros).

Por otro lado, 2017 fue el año en que se pronunció la sentencia del Tribunal Constitucional que consideró nulo el cobro de la plusvalía siempre y cuando se constatara que no se había producido un aumento de valor del inmueble. Esta circunstancia llevó a Zaragoza, al igual que otros muchos municipios, a suspender el cobro de la plusvalía cuando el bien se hubiera depreciado, a la espera de que el Gobierno central aclarara la legislación.

3.515 reclamaciones

De hecho, el Consistorio empezó a acumular sentencias tanto a favor como en contra, que le obligaron a devolver algunos recibos. Incluso hubo un caso en el que el juez dio la razón al contribuyente pese a que se había producido un aumento del valor del suelo. En este contexto de vacío normativo y fallos judiciales contradictorios, solo en 2017 se produjeron un total de 3.515 reclamaciones de vecinos de Zaragoza que exigían la devolución de plusvalías que sumaban un valor total de 13,9 millones de euros.

Por otro lado, el Ayuntamiento suspendió de oficio 27 recibos del impuesto por valor de 379.000 euros y contabilizó a un total de 913 zaragozanos que presentaron su autoliquidación con cuota cero, es decir, sin desembolsar un solo euro por considerar que no había habido incremento de valor. En cuanto se apruebe la normativa estatal, habrá que determinar si deben pagar o no el tributo.?

De momento, ya existe un acuerdo entre el Ministerio de Hacienda y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que limita el impacto de las reclamaciones. Determina que las ventas a pérdidas de los inmuebles no tributen plusvalía, pero esta decisión se aplicará con carácter retroactivo solo desde el 15 de junio de 2017, es decir, desde el día en que se publicó en el Boletín Oficial del Estado(BOE) la sentencia del Constitucional.

Acreditar la pérdida de valor

Para acreditar la pérdida de valor se tendrán en cuenta los valores reales de transmisión y adquisición «efectivamente satisfechos» que figuren en las escrituras, o bien, los comprobados por la administración tributaria. Por otro lado, el acuerdo quiere establecer cambios en el sistema de cálculo del impuesto. Se han incluido unos nuevos coeficientes en función de los años transcurridos desde la adquisición del bien inmueble.

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