La izquierda pacta otro presupuesto y vuelta a empezar

Pese al acuerdo de ZEC, PSOE y CHA con las cuentas que se escenifica mañana lunes, los partidos creen que la tensión se avivará conforme se acerquen las elecciones.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, y el portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón.
El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, y el portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón.
Oliver Duch

Dicen que tras la tempestad llega la calma. Pero también es cierto que los tiempos de tormenta siempre acaban por volver. Pasa en la naturaleza y en la política. Y en el Ayuntamiento de Zaragoza, en una corporación de pulso y zancadilla, más si cabe. ZEC, PSOE y CHA escenificarán mañana en el pleno su acuerdo con la aprobación de los presupuestos del año 2018, pero más allá de la certidumbre del pacto, se suscitan varias incógnitas. ¿La izquierda abrirá una senda de entendimiento y estabilidad o solo es una tregua de cara a la inminente guerra por un electorado común en el año previo a las municipales? ¿Será este el último presupuesto?

Tras el acuerdo, que deberían ratificar hoy en votación las bases de ZEC, los partidos vislumbran un escenario de mayor tensión por la mera cercanía electoral. Por ahora, se preparan para recomponer sus estrategias, sobre todo el gobierno, alarmado por el desplome electoral que auguran las encuestas. A los sondeos, se suman los síntomas de división interna, entre los posibilistas de Pedro Santisteve y los duros liderados por Alberto Cubero, como se ha constatado en la negociación del presupuesto. Como ejemplo, el concejal Fernando Rivarés ha salido debilitado como interlocutor de PSOE y CHA por sus graves problemas para que su grupo respaldara los acuerdos que alcanzaba con sus socios.

El reproche público que hizo el alcalde al gesto del edil Pablo Híjar de romper un recibo del ICA es un símbolo de una guerra soterrada. En juego está la toma de posiciones ante unas primarias que deben configurar sus listas electorales de 2019, que salvo sorpresas volverá a liderar Pedro Santisteve (por ahora, cuenta con el respaldo de todos los sectores).

Podemos ya está decidido a concurrir con ZEC o en la coalición que se formalice y querrá contar con los puestos de salida que no logró en 2015, por lo que los nervios irán a más conforme pasen los meses, dado que si se cumplen los vaticinios de retroceso electoral no hay hueco para todos. De momento, los comunes ya han convocado una jornada municipalista el próximo fin de semana en la que está invitado el alcalde de Cádiz, por lo que se empiezan a situar en clave electoral.

Tras una negociación presupuestaria en la que ZEC ha hecho múltiples concesiones para evitar una ruptura en la izquierda que agravara su situación, el gobierno asume que es difícil que se repita el pacto para 2019. "Pero a un año vista quién sabe. Igual a la izquierda le interesa un acuerdo en función de cómo vayan las encuestas", dicen en ZEC. La inclinación de los comunes a buscar pelea con el PSOE no tiene visos de acabar por ahora.

El PSOE no levantará el pie

Pero al revés, tampoco. El PSOE ha convocado una jornada de trabajo esta semana para fijar su estrategia en el año preelectoral. En el informe que presentará el portavoz socialista, Carlos Pérez Anadón, se constatará el "desgaste" de ZEC durante sus dos primeros años y medio de gestión. Por eso, la apuesta del PSOE será no levantar el pie y mantener una línea de oposición dura, aun a costa de navegar en la contradicción de haber respaldado los presupuestos y mantener a Santisteve como alcalde, como le ha recordado el PP esta semana. El conflicto de Podemos y el PSOE a nivel estatal avivará la llama.

Por lo tanto, no se esperan acuerdos de calado, teniendo en cuenta que el último año de corporación Santisteve no podrá presentar una cuestión de confianza para aprobar los presupuestos, un escenario que siempre han querido evitar los socialistas. Al igual que ZEC, el PSOE duda de que vaya a haber cuentas en 2019, aunque como casi siempre en estos casos primarán los criterios de oportunidad política.

Más allá de su convivencia con ZEC, que se presume convulsa y que está marcada por la mala relación personal de Santisteve y Pérez Anadón, en el rumbo de los socialistas primarán tanto las cuestiones tácticas (se vislumbra un mayor acercamiento a Ciudadanos de cara a pactos postelectorales o una pugna por el electorado centrista) como su renovación interna. El futuro candidato o candidata socialista, cuya concreción podría retrasarse incluso hasta después del verano, tendrá mucho que decir en el papel que juegue el grupo municipal en la recta final de la corporación.

La favorita es Pilar Alegría, pero el diputado Florencio García Madrigal, la exconcejal Carmen Dueso o el edil Javier Trívez también están en las quinielas. Mientras, Pérez Anadón estira los días sin aclarar ni su futuro ni su posición ante los pactos que los sectores mayoritarios del PSOE formalizarán de cara a las listas.

El tercer eje de la ecuación es CHA. Fuentes nacionalistas indican que se verán obligados a bascular en un contexto complejo, con ZEC inmersa en un proceso de "descomposición interna" y un PSOE que "quiere un espacio propio". Por eso, CHA no espera que haya paz en la izquierda. Aspira a sacar partido de sus pactos con el gobierno (su cercanía a los comunes le está causando más de una fricción con el PSOE), fortalecer a Carmelo Asensio como candidato y crecer a costa del desencanto del electorado de ZEC.

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