El nuevo proyecto del Mercado Central no ha logrado atraer, al menos por el momento, a ningún comerciante que tenga su negocio fuera de las paredes del histórico edificio del Casco. La reforma de la gran lonja de la ciudad, que debe empezar este año, va asociada a la renovación de sus detallistas, ya que las actuales concesiones están caducadas. Así, el Ayuntamiento de Zaragoza abrió el verano pasado un proceso abierto a cualquier persona interesada para cubrir los 74 puestos que se van a crear. Tras una primera convocatoria, y a la espera de la segunda, solo han salido 46 adjudicatarios. Según apuntan desde la asociación de detallistas del Mercado Central, todos ellos cuentan actualmente con un puesto en el edificio de Félix Navarro.

José Carlos Gran, presidente de la asociación, calcula que actualmente quedan "unos 115 puestos abiertos". Algunos han echado la persiana recientemente, ante la perspectiva del inminente traslado a la nave provisional que se está levantando en la calle de Salduba, y a la que solo pasarán los nuevos inquilinos.

De los actuales propietarios, 46 se han asegurado una de las 74 concesiones para 50 años que se han ofrecido. Gran achaca a la falta de información el hecho de que no haya detallistas de otras partes de la ciudad que hayan querido entrar en el nuevo Mercado Central. "La gente no conoce las condiciones", opina.

Según Gran, hay otros nueve que no han podido cumplir con los requisitos del concurso por distintos motivos y que, afirma, se podrán reenganchar en la segunda convocatoria que prepara el Ayuntamiento. "Todo esto nos ha cogido en unas fechas muy malas, con la campaña de Navidad de por medio", justifica.

Tanto el Ayuntamiento como la propia asociación habían fijado en 60 el número de detallistas mínimo para hacer que el proyecto de reforma fuera viable. Pese a que a estas alturas aún faltan doce, Gran dice que no hay inquietud "porque el proyecto va a seguir adelante" y porque "en la segunda licitación seguro que se va a animar más gente".

A su juicio, la rebaja en las exigencias de antigüedad puede ayudar. En el primer concurso se requería a los aspirantes tener al menos diez años de experiencia en el sector. "Al romperse esa barrera, entrará más gente", augura el presidente de los detallistas.

Además, el concurso podría abrirse a otros productos. Así como en la primera convocatoria se ofertaban puestos de carnicerías, pollerías, pescaderías, fruterías, menuceles y alimentación varia, el Ayuntamiento podría sacar espacios para floristerías, tiendas de productos ecológicos o de comida preparada, por ejemplo. Se espera que este concurso salga en febrero, ya que en marzo estará terminada la nave provisional y tendría que empezar el traslado.