El equipo de fútbol donde las notas valen más que los goles

El Programa de Liderazgo Social de la ONG Cooperación Internacional une fútbol, estudio y voluntariado para menores en riesgo de exclusión en el barrio de San Pablo.

Jugadores de los equipos de fútbol del Programa de Liderazgo Social estudiando en el colegio Santo Domingo de Zaragoza.
Jugadores de los equipos de fútbol del Programa de Liderazgo Social estudiando en el colegio Santo Domingo de Zaragoza.
Cooperación Internacional

Elias tenía muchas papeletas para acabar mal. Es un chaval del barrio de San Pablo, de familia argelina, que ha vivido mucho más que otros chicos de 17 años. Tuvo problemas y dejó el instituto. Ahora ha retomado los estudios y ha vuelto a jugar a fútbol sala en el equipo del colegio Santo Domingo. Es uno de los chicos que participan en el Programa de Liderazgo Social de la ONG Cooperación Internacional para menores en riesgo de exclusión social en el barrio de San Pablo de Zaragoza.

"La mayoría somos de familias donde no hay un buen ambiente de estudio. En nuestras casas hay problemas económicos y otros problemas. Aquí nos ayudan a estudiar, nos dejan formar parte de un equipo de fútbol y ayudamos a otros", resume Elias Adda Benslim, que empezó en este programa con 10 años, lo dejó y ahora ha vuelto.

"He pasado por un momento difícil de mi vida. Vivo en un centro de reforma para menores desde octubre de 2016, me queda un mes para acabar. Salgo para ir al instituto, estudio 1º de un grado medio de Peluquería y Estética, me gusta mucho. Me arrepiento de haber dejado la ESO pero voy a estudiar para sacarme el título. Y por las tardes vengo al programa en el colegio Santo Domingo. Aquí estudio, juego a fútbol y hago voluntariado. Me han dado otra oportunidad, esta es mi tercera. Me siento muy afortunado y la voy a aprovechar", asegura Elias.

Estudio, fútbol y voluntariado

El Programa de Liderazgo Social (PLS) tiene el fútbol como gancho pero es mucho más. "El fútbol es muy atractivo para los chavales de la calle. Vimos que era una manera de llegar a ellos y ayudarles a formarse como personas. El programa tiene tres partes inseparables: estudio dirigido, fútbol y voluntariado. Los chicos que quieren participar se comprometen a venir como mínimo dos tardes a estudiar, entrenan otras dos con su equipo, juegan partidos los fines de semana y hacen tareas de voluntariado", explica Pedro Herráiz, director en Aragón de Cooperación Internacional e impulsor de esta iniciativa.

Empezaron hace nueve años y el programa crece cada curso. Ahora participan unos 60 niños (y alguna niña) de 8 a 18 años, la mayoría del barrio de San Pablo. Juegan en cinco equipos federados: de Alevín a Juvenil, y uno de iniciación de la categoría Benjamín. Realizan tareas de voluntariado con mayores, discapacitados y otras familias necesitadas del barrio. Cerca de 40 voluntarios hacen posible este programa, colaborando en el apoyo escolar, el voluntariado y como entrenadores.

Todas las tardes ocupan un aula del colegio Santo Domingo. Ahí los chavales hacen los deberes y estudian. Si tienen dudas, preguntan a los voluntarios. Hay más silencio que en una biblioteca. En una pared cuelga la clasificación de la 'Liga de campeones del estudio'. Los resultados académicos son aquí más importantes que los goles.

"El programa empezó con mi hermano mayor. Hicieron un equipo y venían aquí a estudiar. Luego me apunté yo con mis amigos. Me gusta porque aquí me ayudan a estudiar. Y me gusta el voluntariado, es bueno ponerse en la piel de los demás. Nos hace ser mejores personas", apunta Saif M'Rabet, 17 años, estudiante de 1º de Bachillerato de Ciencias. Él ha estado unos meses fuera del proyecto (quiso probar en otro equipo) y ha vuelto hace poco. "Algunos amigos están mucho en la calle, no van al instituto, es fácil meterse en el mundo de las drogas. En la vida hay que aprender a tomar decisiones", reflexiona.

"Los mayores son ejemplos para los pequeños. Saif es una referencia: es marroquí, es del barrio, estudia, juega a fútbol, es voluntario, puede aportar mucho. El objetivo del programa no es sacar a chicos de la calle. Es que crezcan, que desarrollen su talento, que sean líderes positivos, que tengan sueños", señala Pedro.

Los pequeños siguen con admiración a los mayores, como Hiba y Rayyan, de 10 y 9 años, hermanos de Saif, que también juegan a fútbol y estudian. Él quiere ser médico o cocinero; ella, médica, artista y futbolista. Su madre, Turia El Karrach, 42 años y una vida complicada, sonríe. "Yo no pude estudiar y quiero que mis hijos sí lo hagan, para tener más oportunidades en la vida. El proyecto incide mucho en los estudios y ha hecho de ellos mejores personas", asegura Turia.

Los estudios son más importante que los goles

"Nosotros confiamos mucho en ellos. También les exigimos compromiso. Vamos muy en serio. Ellos reciben mucho y si no cumplen su parte, por malas notas o mal comportamiento, tienen que abandonar el proyecto", subraya Pedro. Y recuerda un momento duro de la temporada pasada. "El equipo juvenil era un equipazo, iban segundos en la liga. Un partido muy tenso acabó con una tangana. Después de eso, echamos a cuatro jugadores titulares: dos por la bronca y dos por sus malas notas. No queremos formar cracks del fútbol, sino cracks como personas".

Moha estaba en aquel equipo y es uno de los grandes referentes del programa. Moha Aqarqach, 17 años, al que apodan 'Makelele', vino de Marruecos con 5 años al barrio de San Pablo. "A mí no me gustaba estudiar, estaba todo el día en la calle, suspendía muchas. Me apunté al programa porque a un amigo le había ido bien", cuenta. Con mucho esfuerzo y tesón, pasó de 3º de Diversificación (un curso adaptado en Secundaria para alumnos con problemas de aprendizaje) a sacar sobresalientes en 4º de la ESO. Ahora estudia 1º de Bachillerato de Humanidades y va a la escuela de idiomas. Vive en un piso muy pequeño con su madre y sus dos hermanos. Para estudiar va a casa de su abuela porque en la suya no tiene sitio. Quiere seguir estudiando y tal vez ser bombero. Le gusta ayudar a los demás. "Aspiro a mejorar y en el futuro me gustaría ser voluntario del programa", afirma.

Este fin de semana vuelve la liga después del descanso de Navidad. El equipo Alevín A de Hiba juega con el colegio Hijas de San José. El Juvenil de Elias, Saif y Moha juega con el Corazonistas. Muchas tardes van a jugar al bingo con los mayores de la residencia Virgen del Pilar del barrio. Pedro Herráiz conoce a muchos de estos chicos desde hace una década. "Cuando a una persona les das confianza, cariño y exigencia, nunca sabes hasta dónde puede llegar".

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