Un juez ordena la expulsión de un guineano albino al no considerar probado que en su país se les persiga

Aunque vive en Zaragoza desde 2002 con sus padres y seis hermanos, el magistrado cree que no tiene arraigo. Confirma la resolución que decretó su repatriación tras ser condenado a cinco años y medio de prisión por dos robos con intimidación.

Ali Keita, posando como modelo, ahora cumple condena en Zuera.
Ali Keita, posando como modelo, ahora cumple condena en Zuera.
Heraldo.es

Ali Keita, de 21 años, será expulsado a su país natal, la República de Guinea, cuando cumpla las dos condenas que le fueron impuestas como autor de sendos robos con intimidación que cometió en una misma noche acompañado de un amigo. En uno de ellos, intimidó a una mujer con una pistola de balines y le quitó el móvil y, en otro, dieron un tirón de bolso a otra víctima tras zarandearla y ponerle un objeto en el cuello.

El titular del Juzgado de Primera Instancia número 3, Luis Carlos Martín, entiende que la "notable gravedad" de esos delitos está por encima de otras circunstancias que fueron planteadas como importantes por la defensa, tales como que viva en Zaragoza desde 2002 con sus padres y seis hermanos, lo que demostraría su arraigo, o que sea albino. Por esa razón, el magistrado ha dictado una sentencia en la que desestima el recurso presentado por Ali Keita y confirma la resolución dictada por la Subdelegación del Gobierno en Zaragoza que decretaba su expulsión del territorio español por un tiempo de 7 años y la extinción de la autorización que le permitía residir en España. Su abogada, Cristina Gracia, de Cabrejas Abogados, ha anunciado que recurrirá el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

Durante la vista oral celebrada en noviembre de 2017, la letrada pidió que no fuera repatriado a la República de Guinea (conocida también como Guinea Conacry), argumentando que el joven tiene arraigo en la capital aragonesa –donde ha estudiado Primaria y ESO– y un domicilio en el que vive con su amplia familia. Alegó también que había trabajado en una tienda de discos y como modelo, y, sobre todo, que es albino. Expuso que esta alteración genética puede suponer un riesgo en África y citó algunos de los países en los que son perseguidos, mutilados o asesinados por creencias atávicas.

En su sentencia, el magistrado explica que esos países –Tanzania, Burundi o la República del Congo– están a miles de kilómetros del de Ali Keita. "No se puede utilizar la situación de uno o varios países para extrapolarla a todo un continente", señala el juez. "De hecho –añade–, según las propias informaciones aportadas, hay zonas, como parte de Camerún, donde a los albinos se les ve como seres superiores". Y sugiere que el problema del sol para ellos se puede prevenir por diferentes medios.

En cuanto al arraigo, el juez recuerda que Ali Keita –que en estos momentos está en la prisión de Zuera cumpliendo las condenas de tres años y medio de prisión y de dos años que le impusieron por los dos robos– no tiene hijos ni menores con nacionalidad española que dependan de él. En cuanto al trabajo, dice que su vida laboral no le impidió delinquir.

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