El arzobispo de Zaragoza ordena a siete nuevos sacerdotes en el Pilar

El acto, que se prolongó más de dos horas, constó de varios ritos y congregó a un gran número de familiares y fieles.

Un momento de la ordenación de los nuevos sacerdotes en el altar mayor del Pilar.
Un momento de la ordenación de los nuevos sacerdotes en el altar mayor del Pilar.
José Miguel Marco

Aragón ya cuenta con siete nuevos sacerdotes que irán destinados a parroquias rurales y urbanas de Zaragoza. El arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, los ordenó ayer en un vistoso y ritual acto que se celebró en el altar mayor del Pilar y que se prolongó durante más de dos horas.

Los siete presbíteros han llegado a su nueva condición tras superar seis años de formación en el Seminario Metropolitano y un curso de servicio pastoral en parroquias y delegaciones de la archidiócesis.

Llama la atención que se trate de un número tan elevado de sacerdotes, ya que normalmente se ordenan dos o tres cada año. "Demuestra que todavía existe inquietud vocacional entre nuestra gente y es un hecho que mejorará el servicio pastoral a las comunidades parroquiales", destacan desde el Arzobispado de Zaragoza.

La procedencia de los nuevos clérigos es muy variada. Federico Castillo y Fabio Losada son oriundos de Colombia. El segundo ingresó en el Seminario tras haber cursado el grado de Comunicación Audiovisual. Pedro Sauras, natural de Calanda, se incorporó al Seminario tras sus estudios medios, como también el zaragozano Pablo Vadillo. Alejandro Latorre e Ignacio Laguna, naturales de la capital aragonesa, cursaron la licencia en Derecho y desarrollaron su profesión antes de plantearse su vocación, cuando rondaban los treinta años de edad.

El perfil que más llama la atención es el de José Manuel Camacho, padre de dos hijas y de 69 años, que decidió entrar en el Seminario tras el fallecimiento de su esposa.

El rito de la ordenación sacerdotal, que se desarrolla dentro de la celebración de la misa, es uno de los más antiguos de la Iglesia Católica y consta de una serie de gestos muy característicos como la imposición de manos y oración de consagración y las vestiduras sacerdotales, la unción de las manos con el Crisma, la entrega de la patena y el cáliz y, finalmente, el beso de la paz.

El arzobispo Vicente Jiménez estuvo acompañado de otros obispos y de un numeroso grupo de sacerdotes y diáconos. La parte musical corrió a cargo del coro del Seminario, la capilla de música Nuestra Señora del Pilar, el quinteto de metales Cantantibus Organis y el organista titular del Cabildo Juan San Martín, bajo la dirección de José María Berdejo, responsable de música de las catedrales.

En la actualidad, la archidiócesis de Zaragoza cuenta con un total de 306 sacerdotes incardinados y 277 parroquias.

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