"Lo hemos pasado muy mal, las llamas han llegado al primer piso"

Los vecinos de la calle Mosen Domingo Agudo 40 han sufrido dos incendios de los contenedores en una semana.

Fachada de la vivienda de la calle Mosen Domingo Agudo, en el barrio del Arrabal.
Fachada de la vivienda de la calle Mosen Domingo Agudo, en el barrio del Arrabal.
José Miguel Marco

Los 16 vecinos de la calle Mosén Domingo Agudo número 40, en el barrio del Arrabal, no han podido dormir este miércoles por la noche porque a las 3.30 han sufrido el segundo incendio de los contenedores que están en su puerta en una semana. Además, es el tercero que los pirómanos han provocado en la misma calle en menos de un mes.

"Alguien nos quiere con locura", ha comentado con acidez una mujer que se ocupa de la limpieza en el edificio de cuatro pisos que ha cambiado la fachada de color marrón claro a negra por el incendio. Si el primer incendio apenas afectó a dos contenedores, el de esta madrugada ha arrasado con los cuatro que tienen en la puerta del inmueble (de vidrio, papel, plástico y basura) y ha afectado a tres vehículos aparcados al lado.

"Lo hemos pasado muy mal, las llamas han llegado hasta el primer piso. Teníamos miedo. Los bomberos han venido deprisa y nos han dicho si queríamos salir, pero yo me he quedado porque tenía que defender lo poco que tengo", ha comentado Dolores Cádiz, la vecina del primero, a la que avisó del fuego un perro que tiene en el piso. "El fuego ha destrozado la terraza, el aparato de aire acondicionado y toda la fachada. El bombero me ha avisado para que no abriera las ventanas y ellos han sacado el humo por el lucernario del patio de luces", ha agregado.

Los vecinos han comentado que en esta ocasión el fuego parecía que se había propagado con más fuerza que la semana pasada, "como si hubieran utilizado algo más inflamable". "Hemos pasado un mal momento hasta que han apagado las llamas", ha apuntado Manuel Hernández mientras calma a uno de los perros que les ha alertado del fuego.

Otra vecina del tercer piso llega de pasar la noche en el Hospital Clínico y acaban de avisarle del incendio. "Cómo va a estar mi casa, mira las ventanas estaban abiertas", señala María Luz Oliván desde la calle su vivienda. El dueño de uno de los coches afectados acaba de encontrar el desaguisado. "Voy a poner la denuncia y hoy tengo que trabajar por teléfono. No puedo utilizar el coche. No me había pasado nunca", reconoce César, empleado de una empresa de ascensores y vecino de una calle próxima.

Los bomberos estuvieron atacando el fuego durante media hora, entre las 3.30 y las 4.08, y quedó afectado el tendido eléctrico y de telefonía de la fachada. La persiana de un local situado en los bajos del edificio también está destrozada.

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