Santisteve llega al debate condicionado por los problemas de gestión y por el aumento de la tensión con el PSOE

ZEC reivindicará este lunes en el pleno sobre el estado de la ciudad su capacidad de gobierno y de llegar a acuerdos. La oposición le recordará los incumplimientos de sus promesas y la sucesión de conflictos.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve.
El alcalde, Pedro Santisteve, en el debate sobre el estado de la ciudad de 2016. Detrás, las concejalas Luisa Broto y Elena Giner.
José Miguel Marco

El debate sobre el estado de la ciudad comienza este lunes en el Ayuntamiento de Zaragoza con sabor a fin de ciclo. A año y medio de las elecciones y con los presupuestos de 2018 en tramitación, la sesión medirá fuerzas de cara al año preelectoral, el que debe poner la rúbrica al mandato del alcalde, Pedro Santisteve, y del gobierno de ZEC con la ejecución de sus principales proyectos. El regidor no lo tendrá fácil. Los problemas de gestión y la tensión creciente con sus socios, sobre todo con el PSOE, complicarán la consecución de su gran objetivo: convencer a la ciudadanía de que, pese a las polémicas, ha sido capaz de gobernar con seriedad y rigor.

La sesión, la segunda en la que participa Santisteve como alcalde, servirá para confrontar dos relatos políticos. Por un lado, está el dominante, porque lo sostienen todos los grupos de la oposición, y es el de la incapacidad de ZEC para sostener una gestión solvente, cumplir sus compromisos y guiar sus decisiones por el camino de la conciliación, en lugar de por el de la confrontación y el sectarismo. La oposición tiene ejemplos sobrados para articular su tesis.

Capacidad de acuerdo

Frente a este argumento, ZEC tratará de imponer el suyo: el de que son capaces de llegar a acuerdos y gobernar con ánimo transformador y sin estridencias. No se esperan sorpresas en el discurso de Santisteve, entre otros motivos porque, a diferencia de otros debates sobre el estado de la ciudad, el presupuesto de 2018 ya está presentado, por lo que cualquier propuesta no contemplada en las cuentas carecería de credibilidad.

El alcalde se aferrará a lo que tiene, a su propia gestión, con una descripción detallada de los asuntos que se han puesto en marcha en los últimos dos años y medio. Las políticas medioambientales y sociales, la movilidad o la participación ciudadana salpicarán su discurso. Además, intentará transmitir solvencia con la reducción de la deuda bancaria y la salida del plan de ajuste.

Su objetivo será contrarrestar el mensaje de que ZEC no cumple, que no saca adelante proyectos propios y transformadores y que está atrapado en la gestión de lo ordinario, de todo aquello que se mueve más por la inercia administrativa que por un verdadero impulso político. La ansiedad manifestada por Santisteve en las últimas semanas, en las que ha elevado su presencia pública para dar una imagen de gestión activa, va en esta línea.

Según fuentes de ZEC, Santisteve hará hincapié en negar una de las críticas más extendidas que recibe: que es incapaz de dialogar y llegar a acuerdos con otras fuerzas, que solo se maneja desde el enfrentamiento, la imposición y el autoritarismo. Junto a los dos presupuestos sacados con PSOE y CHA, la ley de capitalidad aprobada esta semana en las Cortes de Aragón será su principal baza dialéctica.

Esta pretensión la evidenciaron tanto la amplia presencia de responsables de? ZEC en la sesión del jueves en que se aprobó la ley como el afán de Santisteve de aprovechar la ocasión para transmitir una imagen simbólica de unidad de la izquierda a pocos días del debate. Por eso en ZEC prometen un tono conciliador y mano tendida a PSOE y CHA.

Ante un discurso que se presume por tanto defensivo, los partidos de la oposición y muy especialmente el PP saldrán al ataque. Hay coincidencia en que ZEC ha sido incapaz de cumplir los compromisos anunciados en el último debate, como la puesta en marcha de planes de barrio, el desarrollo de la movilidad eléctrica o el impulso del comercio de proximidad. A solo año y medio de las elecciones y sin margen para cambiar de rumbo, la mayoría dará la corporación por agotada.

Los grupos inciden en la multiplicación de los problemas de gestión desde que llegó ZEC: la suspensión de la ampliación del Bizi por el Tribunal de Contratos, el fracaso de los intentos de municipalizar contratas, la huelga del bus, el bloqueo del tranvía, la baja ejecución inversora, los problemas de los presupuestos participativos o la sucesión de reveses judiciales, entre otros.

Además, las polémicas por el uso y abuso de subvenciones y contratos menores, que agravan las sospechas de la oposición de que ZEC aprovecha su posición para engordar su red clientelar, empañan las promesas de limpieza y transparencia que hizo Santisteve al llegar al gobierno.

El papel de los socios

En el frente opositor, como ocurrió el pasado año, jugarán un papel clave PSOE y CHA, con los que ZEC siempre se ha relacionado a martillazos. El hecho de que el debate se celebre con la negociación presupuestaria abierta condicionará de forma clara los discursos de unos y otros.

Los comunes han aproximado posturas con los nacionalistas en las últimas semanas, por lo que habrá que ver hasta dónde lleva CHA su habitual tono crítico. Otra cosa es el PSOE. La última comparecencia del portavoz socialista Carlos Pérez Anadón, que aludió al «caos» en que se ha convertido la gestión de Santisteve y que reclamó que ZEC dure lo menos posible en el gobierno, añade tensión al debate. Tras dos años y medio de agravios, se espera un discurso duro del PSOE que evidenciará que, haya o no haya acuerdo presupuestario, las relaciones entre las dos formaciones solo se podrán restablecer con un cambio de actores y unas elecciones municipales.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión