El acto de conciliación entre Echenique, Garzón y dos manifestantes termina sin acuerdo

El acto de conciliación celebrado este viernes entre el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, y el diputado de Unidos Podemos y coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y dos jubilados que los denunciaron por haber llamado "primos de los nazis", el primero, y "nazis", el segundo, a los asistentes de la protesta ante el pabellón Siglo XXI de Zaragoza el pasado septiembre, ha acabado sin acuerdo.

La demanda también se dirigía contra otros miembros de Podemos e IU, entre los que se encontraban la periodista zaragozana Rosa María Artal (que concurrió a las pasadas elecciones generales como número 2 por Zaragoza de la lista de Unidos Podemos); María Teresa Arévalo, diputada de Unidos Podemos; Xabier Pombo, dirigente de IU en Guipúzcoa; y Francisco Javier Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho y de Filosofía Política de la Universidad de Valencia. Ninguno de ellos ha acudido a la Ciudad de la Justicia, aunque Carlos Artal, el letrado de la Administración de Justicia (antiguo secretario judicial) del juzgado de Primera Instancia número 17 de Zaragoza, ha aclarado al comienzo del acto que todos, salvo el profesor universitario, habían sido citados.

Los hechos que han motivado el acto de conciliación de este viernes se remontan al pasado 24 de septiembre, cuando Unidos Podemos celebró en la instalación municipal zaragozana una asamblea de cargos públicos en defensa del referéndum ilegal del 1 de octubre. Ante las puertas del pabellón se concentraron varios centenares de personas con banderas españolas en su mayoría, aunque había algunas preconstitucionales. A medida que avanzó la mañana, los ánimos se fueron caldeando: muchos de los asistentes insultaron e increparon a quienes se encontraban dentro del pabellón e, incluso, la presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, fue agredida por un manifestante (nunca fue identificado por la Policía Nacional) que le lanzó un botellín de agua que impactó en su cara.

Este tipo de conductas motivaron que la Policía cerrara las puertas del edificio para evitar enfrentamientos y, en esta tesitura y desde el interior del pabellón, Alberto Garzón escribió un tuit para informar a la opinión pública de que estaban encerrados en el pabellón y tildó de “nazis” a las personas que participaban en la concentración.

Echenique, días después y en una rueda de prensa, expresó que los asistentes a la protesta eran “primos de los nazis” del partido alemán de ultraderecha Alternative für Deutschland.

Dos jubilados zaragozanos que asistieron a la concentración se sintieron ofendidos con las afirmaciones de ambos políticos y presentaron una demanda contra ambos que fue admitida a trámite hace unos semanas. Los hombres querían que se retractaran, pero este extremo ha sido rechazado por los políticos, que no han acudido al acto.

La representación legal de Echenique, que también representaba a la diputada de Podemos, María Teresa Arévalo, ha sido escueta en sus palabras: “no tengo ninguna instrucción para conciliar”. Félix Moreno, abogado de Alberto Garzón y de Francisco Javier Pombo González, también ha manifestado que sus clientes no querían retractarse, pero haciendo uso de su turno de palabra ha explicado que esta decisión se fundamenta en que, con sus palabras, no pretendieron ofender a los demandantes porque en todo momento se refirieron a “actitudes de carácter colectivo” no susceptibles de ser individualizadas. “No procede entonces reconocer ningún tipo de expresión que pueda ser calificada de injurias o calumnias según la legislación, y por eso no cabe retracción”, ha apuntado el letrado.

"Si no tenían intención de ofender podrían retractarse”, ha comentado entonces Irene Romea, abogada de los demandantes, que ha insistido en que a sus representados les valdría con que tanto Echenique como Garzón utilizaran para desdecirse de sus palabras los mismos medios que en su día utilizaron para verter las afirmaciones que les ofendieron.

Ante la evidencia de desencuentro, el letrado de la Administración de Justicia ha insistido en la necesidad de encontrar un punto común entre las partes para evitar un pleito posterior que supondría gastos para una Administración de Justicia “que ya está lo suficientemente saturada”. Un receso de 30 minutos tampoco ha sido suficiente para llegar a un acuerdo, por lo que el acto ha terminado sin avenencia.

El futuro de este pleito está ahora en manos de los demandantes, cuya abogada ha comentado al finalizar el acto que valorará junto a ellos la posibilidad de presentar una querella contra los políticos.